El 1° de noviembre de 1954 marcó el inicio de la Guerra de Argelia contra el colonialismo francés, impuesto desde 1830. Tras siete años y medio de lucha, Argelia logró su independencia, aunque al precio de una de las más grandes tragedias modernas: alrededor de 1,6 millones de muertos, con un pueblo marcado por el sacrificio para obtener soberanía y dignidad.
Ahora, en 2025, Argelia emerge con una agenda de desarrollo, infraestructuras y diplomacia renovada, que merece ser observada con detenimiento.
Economía y comercio: una dinámica de transformación
Se proyecta que la economía argelina crecerá aproximadamente un 4,5 % este año, impulsada especialmente por los sectores no hidrocarburíferos como la industria, la agricultura y la construcción. Inflación moderada, inversión pública robusta y mayor diversificación económica son señales de que Argelia busca limitar su dependencia del petróleo y gas.
En comercio internacional, el país participa cada vez más en exportaciones fuera del sector energético, aunque los hidrocarburos siguen representando una parte considerable del valor exportado. Se están dando pasos concretos para fortalecer la cadena logística, la eficiencia en puertos y la legislación de atracción de inversiones. Feria comercial intraafricana: consolidación regional. Del 4 al 10 de septiembre de 2025 se celebró en Argel la 4ª Intra-African Trade Fair (IATF 2025), evento clave para el comercio y la integración del continente.
Se firmaron contratos por un total de US$48,3 mil millones, superando las expectativas iniciales.
De ese total, las empresas argelinas se adjudicaron aproximadamente US$11,4 mil millones, lo que representa cerca del 23-24 % del valor del evento. El éxito del IATF refuerza la posición de Argelia como hub comercial intraafricano, promoviendo relaciones inversoras continentales, apertura de mercados y visibilidad internacional.
Infraestructura y desarrollo interno: enfoque en el sur y la vivienda
El gobierno de Argelia ha puesto especial énfasis en proyectos de base en la zona sur del país, incluyendo obras públicas y construcción de viviendas que respondan tanto a necesidades de urbanización como a estándares de calidad, accesibilidad y sostenibilidad.
Un ejemplo claro es el programa AADL3, que prevé en 2025 la construcción de 250.000 unidades habitacionales, con características modernas, incluyendo sistemas de calefacción central y facilidades de pago extendidas, adaptadas para familias de ingresos medios.
Estos proyectos no solo apuntan a satisfacer la demanda habitacional, sino también a mejorar la infraestructura urbana, reducir brechas regionales y generar empleo local, especialmente en las zonas menos desarrolladas del sur del país.
La diplomacia argelina: voz de África en el Consejo de Seguridad y en el mundo.
Argelia ejerce desde el 1 de enero de 2024 hasta el 31 de diciembre de 2025 un mandato como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Durante este período, el país instó en defender causas justas como Palestina, las causas árabes y africanas; y en promover la resolución pacífica de conflictos, la cooperación regional, el respeto de los derechos humanos y el multilateralismo. Su actuación diplomática refuerza la imagen internacional de Argelia como actor serio, comprometido con la paz, el desarrollo y los desafíos globales como cambio climático, migraciones y seguridad alimentaria.
Relaciones Argelia–Argentina: historia y cooperación
La amistad entre Argelia y Argentina se remonta al establecimiento de relaciones diplomáticas hace décadas, basadas en el respeto mutuo, la solidaridad en foros internacionales y la cooperación bilateral en distintos campos: cultura, energía, ciencia, comercio y apoyo político.
En la agenda contemporánea, ambas naciones pueden profundizar colaboraciones: intercambio de tecnología, inversión, capacitación profesional y acuerdos en materia de investigación científica aplicada, aplicando un marco que honre el legado anticolonial y la aspiración de sociedades más equitativas.
Conclusión
Argelia, tras décadas de lucha, resistencia y construcción del Estado, se encuentra hoy en un momento decisivo. Sus logros económicos recientes, sus proyectos de infraestructura, su diplomacia activa y su protagonismo en eventos regionales como la IATF, hablan de un país decidido a transformar su historia de sufrimiento en impulso para la integración, la justicia social y la cooperación internacional.
Este año 2025 demuestra que la soberanía y la memoria no son solo actos del pasado, sino motores de política, diplomacia y desarrollo en el presente.