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Bélgica y Argentina en excelentes relaciones a lo largo de la historia

Nuestro papel como embajada consiste en mantener viva la presencia belga, que ha sido emblemática en varios sectores

Dentro del continente americano, Argentina fue el primer país elegido por los inmigrantes belgas, que llegaron a nuestro país entre 1857 y 1897. Hicieron propicio este hecho el comercio de pieles y las excelentes relaciones marítimas entre los puertos de Amberes y Buenos Aires. Una vez proclamada la independencia de Bélgica y de disponer un cónsul en Buenos Aires, las relaciones diplomáticas crecieron considerablemente. Destacándose, por ejemplo, la figura de Adolfo Van Praet (1803-1875) quien fuera uno de los fundadores de la Bolsa de Comercio y el Ferrocarril Oeste. De igual modo se produjo un intercambio de figuras entre ambas naciones, destacándose el del General José de San Martín, quien pasó 6 años en Bruselas. Algunas otras personalidades recordadas fueron Mariano Balcarce (1807- 1885), importante diplomático argentino encargado de fomentar la inmigración europea a nuestro país, quien contrajo matrimonio con Mercedes, (hija del General San Martín). Hacia 1914 existían 14 puestos consulares belgas en todo el país. De la misma forma, muchos belgas se han hecho su lugar en la cultura porteña, como es el caso de Julio Cortázar y Roberto Payró. El intercambio cultural entre ambos países fue tan grande que muchos argentinos se formaron en Bélgica, de igual forma, muchos profesionales belgas brindaron sus conocimientos para el desarrollo de la Ciudad de Buenos Aires. En las últimas décadas del siglo XIX, Bélgica era el primer cliente comercial de las exportaciones argentinas, fundamentalmente de lanas, pero también de quebracho, cueros vacunos secos, cueros ovinos y posteriormente de cereales. Por su parte, Bélgica también le ha vendido a la Argentina importantes productos de consumo como papel, velas, ginebra, textiles y vidrios entre otros.
En la actualidad, Bélgica y Argentina siguen disfrutando de excelentes relaciones; pero para comprobarlo, Ámbito Internacional dialogó en forma exclusiva con el actual Embajador de Bélgica en Argentina, Su Excelencia, Karl Dhaene.

¿Cómo describiría las relaciones actuales entre Bélgica y Argentina?

Las relaciones entre Bélgica y Argentina son excelentes y se asientan en una larga y rica historia. Nuestro papel como embajada consiste en mantener viva la presencia belga, que ha sido emblemática en algunos sectores, como el transporte público (con los coches del subte de Buenos Aires conocidos como los belgas o los vagones de brujas) e incluso en el fútbol (con Flandria, un equipo fundado por inmigrantes belgas).

Actualmente nuestras relaciones se enfocan sobre todo en lo comercial y lo cultural. Ello se hace presente en lazos políticos, económicos y culturales intensos. También colaboramos en las diversas instancias multilaterales donde compartimos prioridades como la defensa y la promoción de los derechos humanos y la lucha contra el cambio climático. Una de mis principales misiones es lograr que en los próximos años estos lazos se vean fortalecidos luego de los desafíos sanitarios de los últimos dos años.

¿De qué manera presentaría a Bélgica desde el punto de vista económico? 

La economía belga se ha desarrollado como una economía de servicios e industrial de alta gama. El último año tuvo un crecimiento muy importante, lo que permitió recuperar y superar los niveles pre-pandemia. Los demás indicadores macroeconómicos son muy estables. Bélgica tiene una economía abierta que se encuentra entre los principales exportadores del mundo. Como miembro de la Unión Europea, forma parte del bloque comercial más importante del mundo, y con su ubicación central e infraestructura es una base ideal para llegar al mercado europeo de consumo con más de 500 millones de potenciales consumidores en un radio de 800 km. La sociedad belga goza de un alto nivel de vida, un sistema educativo excepcional y una buena cobertura de salud en un marco de encuentro cultural.

¿Cuáles son los sectores claves en los que aconsejaría a los inversores belgas a incrementar las inversiones en Argentina?

Las empresas belgas ya tienen una fuerte presencia en varios sectores económicos del país, como el dragado, la logística portuaria, la industria cervecera, la industria alimenticia por solo nombrar algunos sectores. Pero también contamos con iniciativas locales impulsadas por compatriotas como las innovadoras Kitchenita y Trideo. Hay sin dudas muchas oportunidades y mucho interés.

¿Qué desafíos ha experimentado hasta el momento en Argentina?

He sido muy bien recibido tanto yo como mi familia y nos estamos integrando de una manera muy fluida y rápida.
Llegando desde Bélgica, uno queda sorprendido por el inmenso tamaño de la Argentina. Aquí se habla en horas de vuelo como nosotros hablamos de horas en auto, así que siempre hay que tomar en cuenta esta variable. También es importante entender la dinámica federal del país e intentar acercarse cuanto más uno puede a las dinámicas y las realidades de las provincias.

¿Cómo aborda Bélgica los distintos procesos de la globalización?

Bélgica tiene una larga tradición como miembro (fundador) y facilitador en las instituciones internacionales. Seguimos fiel a esa tradición, sea con nuestra propia voz, o mediante la Unión Europea cuya sede se encuentra en Bruselas, igual que la sede de la OTAN. Bélgica es muy consciente de que los fenómenos y las problemáticas globales requieren una actuación a nivel internacional y está muy comprometida en estos procesos. Mi país por su geografía e historia se encuentra en el centro de una de las regiones más innovadoras y desafiantes del mundo.

Bruselas se convirtió en la capital del Art Nouveau en el siglo XX. ¿Que nos ofrece culturalmente, turísticamente y gastronómicamente su país?

El Art Nouveau nació en Bélgica en 1893, año en que Victor Horta construye la casa Tassel y que se impone rápidamente en arquitectura, y también en todas las disciplinas de las artes decorativas belgas: escultura, vidriera, esgrafiado, cerámica, mobiliario, papel pintado, litografía, orfebrería, joyería… y a pesar de las numerosas demoliciones realizadas desde el final de la II Guerra Mundial hasta finales de los años 60, Bruselas sigue contando con más de 500 edificios art nouveau.
Pero hay mucho más opciones para los amantes de la historia y la arquitectura y quienes buscan oferta cultural: Bruselas, por solo nombrar, tiene más de cien museos y casi el mismo número de salas de conciertos, teatros, centros culturales y galerías de arte. Bruselas es muy diversa. Su papel como capital de Europa ayuda mucho, por supuesto. ¡Aquí es donde se puede observar a Europa en acción y es mucho más fascinante de lo que uno puede imaginarse! En este crisol urbano conviven 183 nacionalidades y se hablan 104 idiomas. Y finalmente, Bruselas es un paraíso culinario. La cocina belga se codea con la deliciosa comida de todos los rincones del mundo. Sin olvidarnos de mencionar el gran número de cervecerías y los chocolateros que nos siguen sorprendiendo con sus creaciones fabulosas. Y, por supuesto, las mejores patatas fritas se hacen en la ciudad.

Sin lugar a dudas, la Grand Place, en Bruselas, es el lugar más visitado de la capital de la Unión Europea, sin embargo, ¿qué lugares diría usted que el visitante no puede dejar de ver en su país?

Mi país cuenta con una gran diversidad y opciones para todos los gustos. Existen diversas opciones para todos y todas, desde los amantes del arte a quienes son apasionados por la música electrónica y para quienes quieren disfrutar de la naturaleza o de adentrarse en el mundo de la moda y las compras.
Bruselas tiene una interminable lista de cosas para ofrecer a los visitantes. Subir a la esfera del Atomium para contemplar la extensión de la ciudad desde las alturas o visitar la Grand Plance/Grote Markt, una de las plazas más bellas del mundo, sin dejar de pasar a saludar al Manneken-Pis en el camino, son quizás los esenciales. ¡Aunque cada barrio tiene su historia y sus secretos por descubrir!
La costa belga ofrece una amplia gama de instalaciones deportivas y recreativas: se puede alquilar una bicicleta o un buggy, o ir a navegar o a pescar. La amplia playa belga es ideal para juegos de pelota, equitación y surf. Muy cerca se encuentra Brujas, una de las ciudades artísticas de Bélgica. Una visita a esta ciudad histórica es imprescindible.
Las Ardenas, situadas en el sureste de Bélgica, una región rica en fauna y flora, con vastos bosques, colinas y ríos de corriente rápida. Los visitantes pueden pasear por los numerosos pueblos pintorescos que se encuentran en los valles, donde las tradiciones y el folclore aún perduran y donde se puede disfrutar de las artes y la artesanía.
Para ser un país pequeño, Bélgica tiene un número destacado de ciudades con patrimonio artístico: Brujas, Bruselas, Amberes, Bergen, Lieja, Gante, Charleroi… Cada una de estas ciudades tiene mucho para ofrecer en cuanto a cultura y diversión. Y por la noche, estará todo listo para un deslumbrante programa cultural o para salir por alguno de los muchos pubs y clubs.

¿Cuál sería su mensaje para la comunidad belga en Argentina?

Quisiera extender mis más cálidos saludos a la comunidad belga en Argentina y hacerles saber que todo el equipo de la Embajada está a su disposición. ¡Espero poder conocer a muchos de ustedes en los años venideros! 

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