El 23 de julio de 1952 -el día mas importante en la historia del moderno Egipto- el Movimiento de Oficiales Libres, dirigido por el general Muhammad Naguib y Gamal Abdel Nasser, estaba resuelto a poner fin a un estado de cosas que consideraban inaceptables, en tal sentido derrocó al rey Farouk del poder, un monarca que se caracterizaba por el ambiente de corrupción que había creado a su alrededor.
El 26 de julio, el rey Farouk se vio obligado a abdicar en favor de su hijo pequeño, hasta junio de 1953, cuando zarpó al exilio en el mismo yate que su abuelo Ismail.
Desde entonces, los acontecimientos precipitaron un cambio en el régimen egipcio, en el cual se adoptaron originalmente esquemas de una república socialista. Las nuevas autoridades, actuando con decisión, erradicaron muchos de los males que agobiaban a Egipto. Se trató, en realidad, de un golpe militar contra la corrupción, el analfabetismo y el hambre.
Luego de esto, los Oficiales Libres pidieron al ex primer ministro Ali Mahir que dirigiera el gobierno civil del Consejo del Comando Revolucionario (CCR), pero Mahir renunciaría unos meses más tarde citando diferencias con los Oficiales Libres.
Egipto fue declarado República el 18 de junio de 1953 después de que el CCR se disolviera en enero y Muhammad Naguib se convirtiese en el primer presidente y comandante en jefe de Egipto, una elección popular debido al respeto que había ganado en Egipto por su papel en la guerra de 1948.
Los objetivos del movimiento eran abolir la monarquía constitucional y la aristocracia de Egipto y de Sudán, y establecer una república que terminaría con el colonialismo británico del país y lograra la independencia de Sudán.
Durante varias decenas de años, la lucha por el poder en Egipto se había planteado entre tres grupos que mantenían un precario equilibrio: los británicos, la monarquía y el partido nacionalista (Hizb al-Wafd). El golpe revolucionario del 23 de julio de 1952 destruyó las bases en las que se sustentaban estos tres poderes, creando un nuevo equilibrio, cimentado exclusivamente en los intereses de la nación y su pueblo.
El pueblo egipcio, hombres y mujeres entonces se volcaron a las calles para festejar la llegada de un nuevo gobierno, llenando la Plaza de la Liberación, la Plaza Tahrir.
El éxito temprano de la revolución tuvo un efecto decisivo para los movimientos nacionalistas en todo el mundo árabe y en África, como en Argelia y Kenia, donde se estaban produciendo luchas anticoloniales contra la ocupación europea. La revolución también inspiró a otros países a acabar con las monarquías y gobiernos pro-occidental existente en la región.
En enero de 1954 la organización de los Hermanos Musulmanes fue prohibida, a pesar de la ayuda que le habían prestado a Nasser en 1952, y en noviembre el presidente Naguib fue expulsado y detenido. Fue sustituido por Nasser primero como primer ministro y luego como presidente, posición en la que Abdel Nasser permaneció hasta su muerte en 1970.
El Embajador de dicho país en la Republica Argentina, Su Excelencia, Mohamed Kazem, recordó esta fecha tan importante para su país con una cálida recepción en su residencia oficial. En su discurso, destacó la vasta historia y tradiciones que hacen única a su nación y también destacó el apoyo mutuo y la excelente relación que existe entre Egipto y Argentina. A la misma asistieron autoridades del Gobierno Nacional, cuerpo diplomático acreditado en Argentina y amigos especiales.