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Cultura

El Fondo Nacional de las Artes, reunió a representantes de todos los cleros en una conferencia

La Gracias como participación de la naturaleza divina

Cultura es el cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. Con origen en el vocablo latino cultus, su definición ha ido mutando a lo largo de la historia: desde la época del Iluminismo, la cultura ha sido asociada a la civilización y al progreso.

Una especie de tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. Por lo tanto, el arte, las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales, la religión, la mitología, los tipos de vestimenta y las normas de comportamiento son aspectos que se incluyen en la cultura.

Para la UNESCO, la cultura permite al ser humano la capacidad de reflexión sobre sí mismo: a través de ella, el hombre discierne valores y busca nuevas significaciones.

Para comprender mejor que se entiende por cultura y la amplitud que abarca el concepto desde épocas milenarias, podremos entender, la importancia del FNA que no sólo se queda en otorgar becas, préstamos o simplemente muestras de arte.

En tal sentido, Monseñor Marcelo Sanchez Sorondo, ante una sala colmada de asistentes de todos los sectores, disertó en el Fondo Nacional de las Artes, sobre su libro “Participación y comunicación de la gracia de Cristo“ según Santo Tomás de Aquino.

La presentación estuvo a cargo del Lic. Tulio Andreussi, presidente del FNA, donde estuvieron presentes SE Nuncio Apóstólico Monseñor Miroslaw Adamczyc, Monsenor Marcelo Sanchez Sorondo, Obispos de la Iglesia Católica Romana, Ortodoxa y Maronita, Sheu del centro Islámico Taha Ammar Muhammad, parlamentarios, secretarios de Estado, embajadores, académicos, directores del FNA, representantes de ONG y público en general quien expresó “ desde el Fondo Nacional de las Artes, en esta gestión, creemos en la necesidad de crear puentes de entendimiento y reflexión desde el respeto a la diversidad de ideas”.
Por este motivo estoy muy conmovido y agradecido a Dios por esta reunión con su Excelencia Monseñor Marcelo Sanchez Sorondo, Canciller emérito de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales. Academia que como bien él nos dice, es “la joya de la Iglesia,” y disfruta de la libertad de investigación.

Describiendo algunos hitos sobre Monseñor Sanchez Sorondo, Andreussi señaló que en el cuarto de siglo en el que fue Canciller de la Academia trabajó sin descanso en el “puente entre la ciencia, la ética y la Fe”.

La Academia asesora al Papa y tiene como método llegar a conclusiones, que son las opiniones de los académicos que le ofrecen al Papa ideas (que a veces las sigue y otras veces no); en sus más de 400 años de existencia, al día de hoy la Academia hizo importantísimos aportes al conocimiento de diferentes disciplinas científicas y aborda cuestiones contemporáneas como el cambio climático, la biodiversidad, salud global, inteligencia artificial, ética científica; en la cual entre sus miembros se encuentran científicos de reconocimiento mundial de diversas disciplinas, y aproximadamente 30 premios nobeles.

Entre algunos aportes de la Academia a nivel mundial podemos mencionar los trabajos de Paul Crutzen que junto a Mario Molina y Frank Rowland quienes fueron galardonados en 1995 con el “Premio Nobel de Química” por sus investigaciones sobre la química y descomposición de la capa de ozono.

En el 2000 Paul Crutzen acuñó el término antropoceno para designar esta era geológica, caracterizada por el impacto potente y dañino del accionar de la especie humana sobre las condiciones de la biosfera.

En ese centro académico desarrolló Monseñor (durante un cuarto de siglo) su accionar y tuvo una relación directa con Papas, quien él mismo destaca la amistad y liderazgo que lo unió con el Papa Santo, Juan Pablo II y particularmente en su trabajo en la Encíclica Fides et Ratio, en la que se explora la relación entre la razón y la Fe.

Con Benedicto XVI en las 3 encíclicas que subrayan temas teológicos centrales ,y temas tales como crítica al consumismo, a la globalización deshumanizante, y temas relacionados con desarrollo económico y social desde una perspectiva cristiana .

Y a Francisco I, por su magisterio y las obras de misericordia y sus encíclicas LAUDATO SI , y Fratelli Tutti.

El pensamiento de Monseñor Sánchez Sorondo fue clave en la Encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco, en el abordaje del tema del cambio climático y el cuidado de la casa común.

Asimismo desde la Academia promovió tratar los problemas y estudiar soluciones de formas extremas que el Papa denomina crímenes contra la humanidad, el trabajo forzado, la prostitución y el trafico de órganos.

Es de resaltar que Monseñor Sanchez Sorondo es Doctor en Filosofía por la Universidad de Perugia, Italia y Doctor en Sagrada Teología por la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino de ese país.

Fue Profesor y luego DECANO de la Facultad de Filosofia de la Univers de LETRAN (Roma) durante tres períodos 1987 a 1996.

Obispo titular de la Diócesis de Vescovio y miembro de la Academia Pontificia de Santo Tomás de Aquino-nombrado por SAN JUAN PABLO II.

Durante 24 años se desempeñó como Canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales, nombrado por San Juan Pablo II.

Siendo miembro del Sínodo de Amazonia en el 2019, el Papa Francisco designó su representante en la Comisión de Redacción del Sínodo.

Es autor de numerosos artículos académicos y libros, entre los que cabe mencionar “La gracia como participación de la Naturaleza Divina según Santo Tomás de Aquino”, “Las ventanas de la catedral, “El arte de los tiempos modernos” (2019) y “El Renacimiento y la escultura” (2017).

La Iglesia frente a los desafíos de esta época, es optimista y estamos a tiempo de que la humanidad se recupere.

Valoramos estos ideales y asumimos que debemos ser partícipes activos de en la promoción de una sociedad en donde el hombre sea parte responsable del mundo que habita. Esta es también tarea de la “CULTURA”, de acercarnos a estas ideas, pensar, reflexionar y dialogar .

En el año de la vida, la libertad y la propiedad privada es una gracia este encuentro, expresó el Licenciado Tulio Andreussi.
“Participación y comunicación de la gracia de Cristo”, de Monseñor Sanchez Sorondo, examina las dimensiones antropológica y social de la gracia de Cristo, que tiene la capacidad de sanar, elevar y hacer florecer a la persona humana, tanto individual como socialmente.

El ser humano, creado a imagen de Dios, alcanza la cumbre de su plenitud y dignidad por la gracia de Cristo. La noción de gracia es elucidada por diversas figuras apostólicas, entre ellas San Pedro, que la describe como participación en la naturaleza divina, San Pablo, que la caracteriza como “nueva creación” el Apóstol Santiago, que la ve como “primicias de sus criaturas” y San Juan, que la presenta como “engendrada de Dios”. De ello, Juan deduce que “ved cuánto nos ha amado el Padre, hasta el punto de que ahora se nos designa como hijos de Dios, y tal designación es “exacta”.

Teniendo en cuenta estas fuentes apostólicas, el Doctor Angélico presenta una doctrina de la gracia que no siempre se ha integrado plenamente en el discurso teológico. Es imperativo reconocer que la Encarnación del Verbo es el medio más eficaz para comunicar el destino de plenitud al que está destinada la naturaleza humana de acuerdo con el plan divino. Como imagen de Dios, el ser humano es intrínsecamente capaz de alcanzar lo divino, una verdad que tiene su mejor ejemplo en la Encarnación. En efecto, para destacar los beneficios personales y sociales de la Redención, al comienzo de su gran Cristología, que es la tercera parte de la Summa, el Doctor Angélico afirma que la Encarnación “nos enseña la gran dignidad de la naturaleza humana, para que no la mancillemos pecando” Es en el acontecimiento de la redención de Cristo y de la difusión de su gracia salvadora donde las ciencias sociales adquieren su fundamento esencial desde el punto de vista cristiano. Los que se han reconciliado con Cristo son capaces de santificarse aceptando y cooperando con el don de la gracia. Además, pueden santificar a los demás participando en Cristo y comunicándose mutuamente su gracia salvadora. De modo semejante a la Santísima Virgen María, de la que se dice que está llena de gracia y que la “desborda” concediéndola a todos los hombres, los justos o santos, que son amigos de Dios, están llamados a dispensar la gracia según su propia capacidad de amor a Dios y de compasión hacia los hermanos. Santo Tomás afirma que “es algo grande en un santo cuando tiene gracia para lograr la salvación de muchos”. Postula, además, que “es verdaderamente excepcional” cuando esa gracia es tan abundante que puede salvar a toda la humanidad. Y esto solo es cierto en el caso de Cristo y de la Santísima Virgen María. Esta es la dimensión social de la gracia que sana y eleva la naturaleza del ser humano como “animal político”, no solo como persona individual.

Estos y otros temas relacionados fueron el centro de la disertación en el Fondo Nacional de las Artes, por Monseñor Sanchez Sorondo.

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