Connect with us

Turismo

Oslo, Capital Verde Europea 2019

La capital de Noruega sigue batallando contra el cambio climático

La ciudad de Noruega se ha convertido en modelo de gestión de residuos, de reducción de la contaminación y de respeto por la naturaleza.

Noruega encabeza la transformación hacia un modelo de movilidad 100% eléctrica, en 2020 quiere reducir el 50% de las emisiones y ser neutral en la emisión de carbono en 2050, según la EGCA. Es el país con mayor número de vehículos eléctricos per cápita del mundo, apuesta por una construcción sostenible con sistemas amigables con el medio ambiente, cuenta con numerosos espacios verdes y promueve una gestión apropiada de residuos; Y podrían ser solo algunas de las razones por las que la Comisión Europea acaba de nombrar a la capital noruega como, Capital Verde Europea 2019.

 Entre los sectores evaluados para obtener este prestigioso galardón se encuentran la calidad del aire, el transporte local, la biodiversidad, la gestión de residuos y los bajos niveles de ruido.
 Es la urbe con más coches eléctricos per cápita en el mundo, habiendo conseguido disminuir en un 35% las emisiones de CO2 a la atmósfera desde 2012.
 Se espera que, en 2020, todo el transporte público de Oslo y del condado vecino de Akershus esté alimentado íntegramente por energía renovable.
 En el apartado de residuos, destaca su apuesta por la economía circular al priorizar el reciclaje, el compostaje y la conversión en electricidad de la parte no reciclable.
 Los espacios públicos que hasta ahora estaban ocupados por vehículos son utilizados por la comunidad para realizar actividades culturales y artísticas al aire libre, así como para crear parques infantiles o aparcamientos de bicicletas, un medio de transporte presente en un total de 200 estaciones.
Noruega sabe que es en las ciudades donde se libra la principal batalla contra el cambio climático y apuesta, con Oslo a la cabeza de las ciudades del país, por una ciudad resiliente y por un desarrollo urbano sostenible. Urbanistas, políticos locales y empresarios llevan años trabajando para reducir la huella de carbono de la ciudad y asegurar un futuro más sostenible para todos. Y estos esfuerzos son los que han sido reconocidos por la Comisión Europea y lo que ha diferenciado a la capital de Noruega de las demás ciudades europeas. 
El 2019 marcará un antes y un después en Noruega, Oslo fue nombrada Capital Verde Europea 2019 y se convertirá en un referente en cuanto a destino sostenible y ejemplo a seguir para muchas ciudades que desean encaminarse hacia un futuro más sostenible.
Oslo es una de las capitales europeas con mayor crecimiento, y se ha caracterizado por los ambiciosos proyectos arquitectónicos que ha acogido durante las últimas décadas, en los que la sostenibilidad ha estado siempre encima de la mesa.
En Grünerløkka, uno de los barrios que mayor transformación ha experimentado de la capital noruega. Ha pasado de ser una zona industrial que usaba el río Akerselva para forjar metales pesados –y, por tanto, contaminarlo– a ser un ejemplo de nueva sostenibilidad. Han reciclado un silo de grano de cientos de metros de altura para convertirlo en una residencia de estudiantes, la antigua fábrica de velas de barcos hoy es la sede de la facultad de Arte y la antigua nave de ladrillo rojo que tenía la fundición hoy es el famoso mercado de Marthalien.
Oslo es la urbe con más coches eléctricos per cápita en el mundo; una apuesta con la que ha conseguido disminuir en un 35% las emisiones de CO2 a la atmósfera desde 2012, mejorando con ello la calidad del aire y la salud pública.
A fin de estimular la preferencia por el vehículo eléctrico, los ciudadanos que optan por el mismo tienen la oportunidad de beneficiarse de una serie de ventajas tales como la reducción de impuestos, el acceso a carriles preferenciales para el transporte público, viajes gratuitos en carreteras y transbordadores públicos, y acceso libre a estacionamientos municipales. Y, para dar servicio a este nuevo parking de coches, la urbe cuenta ya con más de un millar de estaciones de recargas eléctricas.
Se espera que, en 2020, todo el transporte público de Oslo y del condado vecino de Akershus esté alimentado íntegramente por energía renovable. Un objetivo que va aparejado a ese gran reto de reducir el tráfico de coches por la ciudad a fin de mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Los espacios públicos que hasta ahora estaban ocupados por vehículos, son utilizados por la comunidad para realizar actividades culturales y artísticas al aire libre, y para crear parques infantiles o aparcamientos de bicicletas, un medio de transporte presente en un total de 200 estaciones, tanto en el centro de la ciudad como en sus alrededores. A tal punto ha llegado esto que incluso se puede subir una colina en bicicleta sin mucho esfuerzo, cómo?, con el ascensor para bicicletas, el primero en su tipo y está en Noruega. 
En el apartado de residuos, destaca la apuesta por la economía circular al priorizar el reciclaje, el compostaje y la conversión en electricidad de la parte no reciclable. El biogás obtenido a partir de la basura biológica y las aguas residuales es utilizado para impulsar los autobuses de la ciudad y los camiones de recogida de basura.
Adicionalmente, Oslo introdujo en 2016 el denominado “presupuesto climático”, una iniciativa integrada por 42 medidas desagregadas en tres sectores: energía y entorno, transporte y recursos, y a partir del cual las emisiones se contabilizan como si se tratase de un presupuesto financiero.
Asimismo, estableció la denominada “Red de Negocios para el Clima” a fin de estimular la cooperación entre los grupos empresariales, las organizaciones no gubernamentales y los ciudadanos, intentando poner coto al impacto de las empresas en el clima. Se implica también en la cooperación internacional mediante el apoyo a iniciativas tales como el grupo de liderazgo climático de ciudades C40, la Alianza de ciudades sin emisiones de carbono, ICLEI- Gobiernos Locales por la Sostenibilidad y Eurocities.
Oslo se beneficia también de pequeños proyectos y compañías que realizan un esfuerzo importante para hacer de Oslo una ciudad sostenible.
Oslo se beneficia también de pequeños proyectos y compañías que realizan un esfuerzo importante para hacer de Oslo una ciudad sostenible.
El premio Capital Verde Europea lleva 9 años celebrándose y lo otorga la Comisión Europea. Con él se reconoce que, la ciudad premiada, ejerce de modelo de actuación verde y es un ejemplo a seguir por otras ciudades europeas.

Advertisement

Copyright © 2018 Ámbito Internacional | El mundo en un solo lugar.

Translate »