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Embajadas extranjeras

Suiza celebra su Día Nacional

Se celebra como conmemoración del Pacto Federal de 1291, elegido como mito fundador, en lugar del Juramento de Rütli

El Embajador de Suiza en Argentina, Sr. Heinrich Schellenberg, y su esposa Grisel Schellenberg, celebraron el Día Nacional de Suiza en el distinguido Palacio San Miguel. A dicho evento acudieron representantes del Gobierno argentino, diplomáticos e invitados especiales.

La fundación de Suiza, fue concertada hace más de 700 años, aunque los festejos son una costumbre bastante reciente (1891). La Fiesta Nacional entonces se festeja el 1 de agosto, una fecha acordada arbitrariamente ya que no se sabe a ciencia cierta cuando, qué día específico se hizo el juramento en la Suiza interior, en la región de Rütli, en el Lago de los Cuatro Cantones.
Es una costumbre en Suiza el prender hogueras, lo es en toda Europa el Día de San Juan, pero en este país siempre las han encendido como señal de alarma, peligro o emergencia (en otras épocas). Por tanto no hace mucho algunos municipios retomaron esta idea para festejar el Día Nacional.
La Confederación Helvética fue fundada en el verano del año 1291, hace más de 700 años. La tradición de celebrar la fiesta nacional que recuerda ese día solemne del juramento de Rütli (Suiza interior), acto fundacional de Suiza, es bastante joven.
Se comenzó a conmemorar a partir del año 1891, con motivo del 600° aniversario de la Confederación; fijaron el 1 de agosto como fiesta a sabiendas de que la fecha exacta del juramento era (y sigue siendo) una incógnita. Todavía hoy se celebran los actos y los discursos públicos más importantes de la fiesta nacional en la pradera de Rütli, en lo alto del lago de los Cuatro Cantones.

El día de la fiesta nacional suiza, el Presidente del Consejo Federal (gobierno central suizo) pronuncia un discurso que se transmite por la televisión pública. Es el día de los discursos públicos de políticos y gobernadores en muchos cantones y municipios.

La primera vez que se celebró la fiesta nacional Suiza se declararon dos días festivos y consistieron, entre otras cosas, en una representación teatral con más de 950 actores y figurantes que representaron la historia de Suiza a través de cantos y actuaciones. El segundo día de las festividades, consistió en celebraciones más cercanas al sentimiento y folklore suizo, cómo son los cantos de Guillermo Tell, paseos en barco y la iluminación de las montañas aledañas a la ciudad de Rütli.

Esta festividad, en ocasiones se combina con fiestas cantonales y locales, las cuales en ocasiones, añaden a las celebraciones tradicionales, el tañido de las campanas a las 7 de la tarde y el prendido de hogueras en los puntos altos cercanos a las ciudades.

El día 1 de agosto es festivo oficial en toda Suiza. Antes de esta festividad se instaurara, el 1 de agosto era laborable en algunos cantones y festivo o semi-festivo en otros, hasta que el 26 de septiembre de 1993 por iniciativa popular, quedó establecido definitivamente como festividad nacional.

La Comunidad suiza en Argentina

En febrero de 1856 llegó a la provincia de Santa Fe el primer contingente de 421 europeos y en el mes de junio ya se habían establecido alrededor de 200 familias de agricultores, unas 1.400 personas, de las cuales más del 50% eran suizos de habla francesa y alemana.

También en el año 1856 diez labradores con sus respectivas familias llegaron a Baradero, oriundos de la Suiza francesa y fundaron Colonia Suiza o Colonia Agrícola de Baradero.

A partir de 1857, con intervalos de un año, surgieron las colonias San José en Entre Ríos y San Jerónimo Norte y San Carlos en Santa Fe. Con Esperanza y Baradero conformaron las cinco colonias más antiguas con las que se cierra la primera etapa de la colonización suiza en la Argentina. Entre las familias tradicionales de esta colonias merecen destacarse las de Juan Genoud, José Cardinaux, José Liandat, Carlos Beck (fundador de la colonia San Carlos) y Jacob Reutemann.

En 1869 se fundó Grütly (Reutemann fue uno de los primeros pobladores) y posteriormente Santa María, Colonia Nueva y Rivadavia, con inmigrantes suizos e italianos.

Guillermo Lehmann, oriundo de Winterthur, Cantón de Zürich, fundó numerosos pueblos entre 1870 y 1880, siendo Rafaela uno de los más importantes.
En 1872 el Inspector de colonia Guillermo Wilcken registró 16.678 habitantes extranjeros distribuidos en 34 colonias en las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba. De esa cifra 5.957 eran suizos, seguidos de los italianos, los “nuevos argentinos” (hijos de colonos extranjeros y extranjeros naturalizados), los franceses y los alemanes. Por su parte, un informe del Consulado suizo de la misma fecha indica un total de 10.000 suizos residentes en la Argentina; aproximadamente 2.000 vivían en Buenos Aires.

El trazado del Ferrocarril Central Argentino, de Rosario a Córdoba, favoreció la instalación de colonias, poblándose una amplia faja de tierras a cada lado de la vía. A partir de 1870, los suizos fueron elegidos para iniciar ese poblamiento en gran escala. Así surgieron las colonias agrícolas de Bernstadt (hoy Roldán), Carcarañá, Cañada de Gómez, Tortugas, Armstrong y otras.

Así, como pequeños contingentes de suizos se dirigieron a Rosario, Córdoba, Tucumán, Mendoza, Mar del Plata y Bahía Blanca.

En 1890 se contabilizaron unos 30.000 suizos en la Argentina, incluyendo a aquéllos que gozaban del beneficio de la doble nacionalidad.

Desde 1890 la legislación argentina en materia de colonización cambió para favorecer la inmigración individual en detrimento de la colectiva, permitiendo con ello una mayor integración al Estado nacional. Se trataba también de evitar el surgimiento de otros estados dentro del Estado –habitantes de algunas colonias suizas en Santa Fe se levantaron contra la autoridad, acusada de corrupción, en defensa de sus derechos–.

Por otra parte, la década de 1890 marcó en Suiza el inicio de una fase de estabilización técnico-económica, haciendo más difícil la captación de la inmigración de ese país.

En 1937 el Gobierno argentino y la Confederación firmaron un convenio de inmigración y colonización y el Consulado suizo en Buenos Aires pudo ubicar a 400 suizos en Misiones.

Si bien en un principio la inmigración suiza fue rural, no pasó mucho tiempo sin que se estableciera en las grandes ciudades. En 1940 el 33% de los suizos residentes en la Argentina era ya propietario. Naturalmente, también hubo un importante porcentaje de inmigrantes que volvieron a su país de origen (35% entre 1857 y 1890, alcanzando con posterioridad el 52% de los nuevos inmigrantes).

Hoy, la comunidad de ciudadanos suizos en Argentina –más de 15.000- es la más importante de América Latina.

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