Connect with us

Embajadas extranjeras

Arabia Saudita apoya al Gobierno legítimo en Yemen

El Reino lanzó la Operación “Tormenta Decisiva y Recuperación de la Esperanza”

El conflicto de Yemen tiene sus raíces en la Primavera Árabe de 2011, cuando las demandas de renuncia del presidente Ali Abdullah Saleh lo forzaron a dejar el poder. A raíz de esto, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), respaldado por ONU, presentó un plan para transferir el mando pacíficamente en manos de su vicepresidente, Abdrabbuh Mansour Hadi, en noviembre del año 2011, estableciéndose mecanismos de implementación y convocatoria a elecciones. Era de esperar que dicha transición llevara estabilidad a Yemen, sin embargo el presidente Hadi debió enfrentar diferentes problemas; entre ellos, de un movimiento separatista en el sur, la corrupción, la inseguridad alimentaria, además de la lealtad de muchos militares al expresidente Saleh. En los comicios del 21 de febrero de 2012 fue elegido presidente de Yemen, Abdrabbu Mansour Hadi, quien consiguió el apoyo del 99,8 por ciento de los votantes. En julio del mismo año, constituyó un comité para preparar el diálogo, la redacción de una Constitución y la celebración de elecciones democráticas. Iniciando de este modo el diálogo nacional en marzo de 2013 hasta el 21 de enero de 2014, esta fase de transición que terminó en el acuerdo de todos los yemeníes y con la participación de los houtíes, sobre todas las cuestiones. Durante ese tiempo reorganizó el Gobierno y remodeló la Cámara alta para dar lugar al movimiento rebelde chií de los hutíes y a los separatistas sureños.

En septiembre de 2014, la milicia terrorista houthi dependiente de Irán quebrantó el acuerdo yemení producto de la Conferencia de Diálogo Nacional Yemení, y lanzó un ataque con el objetivo de tomar el control de la gobernación de Amran y la capital Sana’a. Y a pesar de que el gobierno yemení y los componentes políticos aceptaron el acuerdo de paz, patrocinada por las Naciones Unidas que tuvo como objetivo detener los ataques terroristas de la milicia houthi, con el apoyo de Irán revocó el acuerdo, atacó con aviones de combate y detuvo al presidente Hadi y miembros de su gobierno.

En marzo de 2015, el presidente legítimo de Yemen, Abdrabbu Mansour Hadi, solicitó la intervención del Reino de Arabia Saudita y los países de la Coalición para rescatar a su pueblo de la milicia houthi y de la clara y fuerte interferencia iraní en virtud del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas: “Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales. Las medidas tomadas por los Miembros en ejercicio del derecho de legítima defensa serán comunicadas inmediatamente al Consejo de Seguridad, y no afectarán en manera alguna la autoridad y responsabilidad del Consejo conforme a la presente Carta para ejercer en cualquier momento la acción que estime necesaria con el fin de mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales”.

La coalición liderada por Arabia Saudita respondió a la solicitud del Presidente y lanzó la Operación “Tormenta Decisiva y Recuperación de la Esperanza”, con el objetivo no solo de frenar a las fuerzas aliadas de Irán, sino además, de dar cumplimiento al mencionado artículo de la Carta de las Naciones Unidas y restaurar la legitimidad que fue usurpada por la milicia terrorista houthi en conformidad con la Resolución del Consejo de Seguridad N° 2216. Las consultas de ambas partes se reanudaron en Kuwait durante el año 2016, donde el gobierno legítimo de Yemen aprobó el acuerdo de paz presentado por el enviado del Secretario General de las Naciones Unidas, en cambio el mismo fue rechazado categóricamente por milicia terrorista influenciada por Irán. Continuando con esta negativa a las soluciones pacíficas durante el año 2017, Irán a través de su fuerza terroristas Houthi, continuó contrabandeando armas y misiles balísticos con el fin de atacar La Meca, la capital del Reino, Riad y las ciudades sauditas muy pobladas. El objetivo del Reino de Arabia Saudita es defender sus tierras, puesto que ha estado bajo asedio de operaciones terroristas a través de drones no tripulados y misiles balísticos superando ampliamente los 312 misiles siendo dirigidos contra sitios civiles, estaciones de bombeo de petróleo, campos petroleros y aeropuertos locales, constituyendo estos ataques una amenaza a la seguridad de la navegación marítima y aérea y a los suministros de energía en el mundo. Es preciso que la comunidad internacional manifieste su apoyo a los esfuerzos de la coalición para combatir a los grupos terroristas, incluidos al-Qaeda e ISIS que operan en Yemen, siempre con la prioridad de proteger a la población civil. Para los houtíes el objetivo es prolongar el conflicto, rechazando el diálogo y desafiando las resoluciones de las Naciones Unidas. Sabido es que ante la posible retirada de la coalición de Yemen, las potencias occidentales podrían verse ante la necesidad de intensificar su participación contra los grupos terroristas y de esta manera frenarla agresión iraní.

El Reino estableció el Programa Saudita de Desarrollo y Reconstrucción de Yemen con el objetivo de reedificar el país, ayudando a sus ciudadanos y trabajando a la par del gobierno yemení; para ello dispuso el Centro Rey Salmán de Socorro y Ayuda Humanitaria en 2013 junto con el lanzamiento de la Operación Tormenta Decisiva, en la cual se asignaron mil millones de riyales con la finalidad de aliviar el padecimiento del pueblo yemení, quienes habían sufrido un golpe de estado llevado a cabo por los houthíes contra la legitimidad.

Asimismo, en marzo de 2018 Arabia Saudita le brindó un nuevo apoyo financiero que ha sido crucial para que el país pudiera escapar del colapso económico, preservando de esta manera su moneda, ya que la misma se había desplomado drásticamente.

De la misma manera ha ayudado al país en el plano de la salud, ya sea dentro como fuera del país, brindando atención a personas que por diferentes motivos han sido hospitalizadas.

Por otra parte, en el mes de junio de 2020 Arabia Saudita organizó una exitosa conferencia virtual junto a la ONU para ayudar a Yemen por causa de la pandemia covid19, la cual ha tenido un gran impacto tratándose de un país que necesita ayuda humanitaria inmediata. Los donantes de diversos países se hicieron eco del pedido, recaudando de esta manera -desde el comienzo de la crisis- 17 mil millones de dólares, entre los cuales podemos mencionar a Alemania y Gran Bretaña. El mismo fue a través de depósito bancario al Banco Central de Yemen, no solo para reanimar a la economía local, sino también en formas de proyectos de desarrollo y ayuda humanitaria.

La ayuda humanitaria específicamente no siempre ha llegado como se deseaba, ya que los houties la han desviado a la luz del testimonio de organizaciones internacionales, profundizando aún más la crisis humanitaria y utilizando a la población como escudos humanos.

Es de vital importancia destacar que el Reino además apoya el proyecto de financiamiento, junto a expertos internacionales, para la eliminación de minas terrestres, considerado el más importante a nivel mundial, las cuales han sido plantadas por las milicias Houtíes estimadas en más de un millón. La intención se basa en desarticular las minas que atacan a los civiles causando lesiones permanentes, discapacidades crónicas, así como posibles pérdidas de vida.

Esta iniciativa es una de las tantas emprendidas por el Reino por directivas del rey Salman para ayudar a aliviar el sufrimiento del pueblo yemení y empoderar nuevamente al legítimo gobierno para que puedan cumplir con sus deberes hacia sus ciudadanos, incluso, reorganizando el Parlamento que no ha sesionado durante varios años.

Pruebas concretas del contrabando de cargamento de armas iraníes, como de la participación de la guardia revolucionaria iraní y de Hezbollah suministrando ayuda tecnológica, han sido presentadas por la coalición y los Estados Unidos.

El Reino de Arabia Saudita, como actor principal en la región, no solo apoya una solución política pacífica al conflicto yemení, sino que ha realizado hábiles esfuerzos evitando el derramamiento de sangre inocente. De hecho, el Acuerdo de Riad (que abrió una nueva etapa de estabilidad, construcción y desarrollo en Yemen) subraya el optimismo respecto de la posibilidad de llegar a solucionar todos los problemas del país, siempre y cuando todas las partes actuasen con intenciones sinceras para lograrlo. Una clara evidencia que el Reino de Arabia Saudita es parte fundamental de cualquier solución buscada.

Por último, como si todo esto fuera poco, y a diferencia de otros países que aplicaban duras restricciones para con los ciudadanos yemeníes, el Reino abrió sus fronteras -por aire y tierra- amparando a casi tres millones de personas de diferentes edades, incluso facilitándoles la estadía dentro del territorio saudí.

Advertisement

Copyright © 2018 Ámbito Internacional | El mundo en un solo lugar.

Translate »