Desde 1891, en Suiza el 1 de agosto se celebra la Fiesta Nacional. La fecha se origina de uno de los primeros contratos con el que los tres cantones Uri, Schwyz y Unterwalden formaron el núcleo de la Suiza actual, que se ha ido configurando en el transcurso de cinco siglos.
Hombres procedentes de estos tres Cantones sellaron “al principio del mes de agosto de 1291” una Liga perpetua, en la que prestaron juramento de socorro y auxilio mutuo. La Liga iba dirigida sobre todo contra los Habsburgo, que en aquella época intentaban extender su influencia sobre los territorios que daban acceso al Gotardo.
El 1 de agosto es celebrado sólo por los ayuntamientos; tan sólo un anuncio del presidente de la Confederación Helvética emitido por radio y televisión infringe el sagrado principio federalista. Las palabras de reflexión de algún orador destacado de la vida política o cultural, las exhibiciones de bandas y cantantes, la representación de gimnastas y el canto conjunto del himno nacional son los elementos tradicionales de estas fiestas.
Los ayuntamientos o las oficinas de promoción turística más pudientes se permiten el lujo de fuegos artificiales; el fuego, sobre todo en la montaña y las colinas, recuerda la expulsión de los bailes extranjeros en el siglo XIV que, al parecer, se señaló de tal manera. Los niños recorren las calles iluminando la noche con linternas de papel. Los edificios públicos y privados están decorados con las banderas suizas, cantonales y municipales, e incluso los bollos especialmente preparados por los panaderos llevan banderitas parecidas.
En el Rütli, el escenario legendario cercano al Lago de los Cuatro Cantones (Cantón de Uri) en el que se celebró el susodicho juramento, suele celebrarse una fiesta representativa.
Esta celebración ha adquirido una forma especial en el Salto del Rin junto a Schaffhausen. Desde la mitad del siglo XIX las cataratas suelen estar iluminadas en ocasiones especiales y desde 1920 también el 1 de agosto; es más, desde 1966 sólo en esta fecha. También se disparan fuegos artificiales con un gran poder de atracción.
En la República Argentina, el embajador de la Confederación Suiza, Su Excelencia, Hans-Rüedi BORTIS, junto a su esposa Da. Monica Lorena LOFRUSCIO, también celebraron el Día Nacional con una recepción en el Palacio San Miguel de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a la misma asistió cuerpo diplomático acreditado en Argentina, autoridades del Gobierno Nacional, amigos e invitados especiales.
En su discurso el diplomático suizo hizo hincapié en los 730 años de los inicios de la Independencia y los 190 años de relaciones bilaterales entre Suiza y Argentina.