El 6 de agosto de 1945, un Boeing B-29, bautizado Enola Gay, dejó caer a Little Boy, una bomba que devastó 13 kilómetros cuadrados de la ciudad y puerto industrial de Hiroshima, llevándose la vida de casi 80 mil personas, que murieron rápidamente en la tormenta de fuego resultante, con otros 70 mil que resultaron heridos, de los cuales morirían por las secuelas de quemaduras graves y la radiación.
Tres días después, el nueve de ese mismo mes, se sumaría la muerte de otras 40 mil personas junto a otros 60 mil heridos con el lanzamiento de “Fat Man”, sobre Nagasaki, otro importante complejo industrial en las montañas al sur del archipiélago japonés.
Este reloj quedó parado para siempre a las 8:15 a.m. del 6 de agosto de 1945 tras el bombardeo atómico en Hiroshima.
Japón marcó el 75 aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima; decenas de miles de personas se juntaron para honrar a las víctimas en una ceremonia anual conmemorativa.
Un minuto de silencio fue observado a las 8:15 horas.
Los funcionarios colocaron una lista de 314.118 víctimas sobre el cenotafio. Esto incluye 5.393 quienes fallecieron el año pasado.
Representantes de 85 países se hicieron presentes en esta nueva conmemoración, así como los sobrevivientes del bombardeo: “Hibakusha”. Hibakusha (被爆者) es un término japonés que significa ‘persona bombardeada’ (de hibaku (被爆), forma pasiva de baku (爆 bomba o bombardear) y de sha (者 persona)) y con el que se designa a los supervivientes de los bombardeos nucleares a civiles en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
La edad media de los Hibakusha es ahora de más de 82. Algunos de ellos trabajaron con la Campaña Internacional para Suprimir Armas Nucleares y ayudar a adoptar un tratado de Naciones Unidas de prohibir armas nucleares. El grupo ganó el Premio Nobel de la Paz el año pasado por su trabajo.
El alcalde de Hiroshima dijo pensar en los Hibakusha y que se extiende a todo el mundo, algunos países proclaman el nacionalismo egocéntrico y modernizan sus arsenales nucleares, son países que vuelven a encender relaciones tensas de guerra fría.
El alcalde Matsui expreso: “La fuerza de disuasión Nuclear hacen alarde del poder destructivo de armas nucleares y procuran mantener la orden internacional generando el miedo en países rivales. Este acercamiento de garantizar de la seguridad a largo plazo es intrínsecamente inestable y sumamente peligroso.”
Matsui manifestó que el gobierno de Japón juega “Un papel apropiado” en el libramiento del mundo de todas las armas nucleares.
Potencias nucleares como EU y Rusia, así como Japón y otros que confían en la protección nuclear, no apoyaron el tratado de prohibición nuclear cuando fue adoptado y no lo han firmado.
Los funcionarios japoneses dijeron que esto podría profundizar la grieta entre países nucleares y no nucleares.
De todos modos el primer ministro Shinzo Abe ha dicho que él quiere enseñar el camino para “Alcanzar un mundo sin armas nucleares, tenemos que entender como bombas nucleares pueden causar resultados trágicos. Con esto como un punto de partida, tenemos que obtener la cooperación de países con y sin armas nucleares. Nuestro país puede actuar como un puente entre los dos lados y conducir los esfuerzos de la comunidad internacional. Somos cometidos a los 3 principios de la no producción, la posesión o armas nucleares de permiso sobre nuestro territorio”.
Este nuevo Aniversario, sin embargo, se conmemora sin que haya entrado aún en vigor el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, que firmaron 122 países el 7 de julio de 2017 pero que necesita ser ratificado por al menos 50 de ellos y que hasta el momento solo llegan a 40.
Muchas naciones, incluidas las potencias nucleares, se negaron a firmar este Tratado, y tampoco lo hizo Japón, el principal aliado regional de los Estados Unidos, cuyas armas de disuasión, tanto convencionales como nucleares, protegen a la nación nipona.
Esa posición, sin embargo, no la comparten sobrevivientes como Keiko Ogura, quien en una reciente rueda de prensa pidió aplicar mayor presión al Gobierno de Shinzo Abe para firmar ese Tratado y acabar con unas armas que solo tienen “un puñado de naciones”.
Por su parte, la Sra. Setsuko Thurlow, superviviente de la bomba atómica de Hiroshima, a sus 88 años recientemente manifestó: ¿Cómo podemos permitir la posibilidad de que todo se destroce junto a nuestras vidas? Las preciadas vidas de todos y cada uno de los seres humanos”.
“Mi pesadilla, ahora, es la gente que niega la amenaza nuclear. Vivimos todos en ella, pero mucha gente solo lo niega y no se enfrenta a la realidad. Muchos ponen sus pensamientos fuera de su conciencia y de su mente”, dice con la voz entrecortada. “Quiero que la gente despierte, que sea lo suficientemente realista para asumir esta situación desagradable. Lo que me pasó a mí, podría pasar otra vez”.