Embajadas extranjeras
Nuevo Emperador, nueva Era
Luego de 30 años en el trono, renuncia el emperador Akihito dejando su lugar a su hijo Naruhito
Día histórico en Japòn. Luego de 30 años en el trono y a los 85 años de edad, el emperador de Japòn, Akihito, renuncia al trono.
El sucesor es su hijo, Naruhito, quien es coronado hoy 1 de mayo de 2019, dando comienzo a una nueva era llamada Reiwa (bella armonía).
Japón entra así en el año 1 de la nueva era imperial “Reiwa”, tras tres décadas de era Heisei (logrando la paz). Esto no sucedía desde hace 200 años.
El momento es histórico –se decretaron diez días de vacaciones excepcionales–, pero el cambio de soberano se llevó a cabo discretamente, tras las puertas cerradas del palacio.
“Hoy termino mi cargo como emperador”, ha señalado Akihito, de 85 años, durante la ceremonia celebrada en el Palacio Imperial Matsu no ma en Tokio a la que han asistido unas 300 personas y que se transmitió en directo para la televisión.
Akihito se ha reconocido muy afortunado por haber podido cumplir sus funciones “con la profunda confianza y respeto de los japoneses durante los 30 años”.
Recordemos que el Emperador saliente llego al poder el 8 de enero de 1989 tras la muerte de su padre, el emperador Hirohito.
“Al pueblo que me aceptó y me apoyó como un símbolo, le expreso mis más sincero agradecimiento”, expresó el Emperador, quien durante el verano de 2016, había hecho público su deseo de abdicar debido a sus problemas de salud que le impedían cumplir adecuadamente sus funciones.
“Junto con la emperatriz, espero desde lo más profundo de mi corazón que la nueva era (imperial) Reiwa que comienza sea pacífica y fructífera y rezo por la paz y la felicidad de nuestro país y la gente de todo el mundo”, en referencia al reinado de su hijo, el príncipe Naruhito.
Entre quienes asistieron al acto de abdicación han estado, además del príncipe Naruhito y su esposa, la princesa Masako, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, además de los presidentes de ambas cámaras del Parlamento y otros altos cargos del Estado.
Akihito es el primer emperador japonés en renunciar al trono en la era moderna. La última vez que Japón fue testigo de una abdicación de un emperador fue en 1817, cuando el emperador Kokaku cedió el trono a su hijo Ninko.
Hace treinta años, cuando comenzaba la era Heisei, nadie podía imaginar que finalizaría con la abdicación del Emperador.
Antes de la aprobación de la Ley Excepcional de Abdicación en 2017, se cuestionaba la renuncia al trono imperial. Los motivos que esgrimían el Gobierno y la Agencia de la Casa Imperial para rechazar dicha Ley eran los siguientes:
1) la coexistencia del emperador en activo y su predecesor podía crear conflictos como ya sucedió en tiempos del sistema Insei, en que el emperador abdicado retenía parte de su poder;
2) podía darse la abdicación forzada del emperador, en contra de su voluntad;
3) el emperador podía decidir abdicar de forma unilateral, sin ningún tipo de consenso. No son pocos los ciudadanos que se posicionan en contra de que el emperador abandone el trono por estos tres motivos.
A pesar de todo esto, el Emperador Akihito anunció su voluntad de abdicar en su hijo Naruhito mediante un mensaje de vídeo en agosto de 2016. El discurso, dirigido a través de los medios de comunicación a toda la ciudadanía para buscar su comprensión, se convirtió en la “emisión estrella” de la era Heisei. El hecho de que fuera el Emperador en persona quien hablara, dejó a muchos japoneses confundidos.
El mensaje de Akihito, basado en su trayectoria como emperador simbólico para los japoneses, resultó muy convincente. Estos fueron algunos de los fragmentos más destacados del discurso:
“Los efectos físicos y mentales del envejecimiento (en aquel momento el Emperador tenía 82 años) me impedirían seguir desempeñando mis funciones de emperador simbólico con la máxima dedicación, como hasta ahora.”
“Si el emperador pierde la salud y cae en un estado grave, la sociedad puede paralizarse y los ciudadanos pueden sufrir los efectos en sus vidas.”
“He expresado mi voluntad considerando la prolongada historia del trono imperial en nuestro país y con el deseo de que en adelante la Casa Imperial siga apoyando a la ciudadanía y la función del emperador simbólico se perpetúe de forma ininterrumpida y estable.”
Su Majestad afirmó que el emperador no tiene autoridad política según la Constitución, mostrando así su precaución para que el mensaje no se interpretase como el establecimiento de una nueva ley y fuera rechazado por considerarlo anticonstitucional. Sus palabras sostenían la idea de que, si deseaba abdicar en lugar de seguir en el trono hasta el final de su vida, era precisamente por el bien de la ciudadanía. Las encuestas mostraron que un apabullante 90 % del público estaba a favor de la abdicación y la coronación del nuevo emperador.
Nueva Era, nuevo Emperador
Entre los desafíos del nuevo Emperador está la progresiva merma del número de miembros de la familia imperial, entre los de la siguiente generación solo hay uno (el príncipe Hisahito) a quien la ley vigente cualifica para heredar el trono. El estado de salud de su esposa y nueva Emperatriz Masako será otra más de las no pocas preocupaciones que lo acecharán.
Ya comenzada la era Reiwa, Naruhito asumió el trono, en una ceremonia que, como la despedida de su padre, tuvo lugar en el Salón de Pino. Pero con diferencias: en la primera parte, la tradición prohíbe que puedan estar presentes las mujeres de la familia imperial; solo pudieron asistir los representantes masculinos adultos. En cambio, como parte de la representación del Gobierno, la ministra Satsuki Katayama, fue la única mujer del Ejecutivo nipón.
En esta ceremonia, Naruhito recibiò los tesoros imperiales, como señal de que la sucesión es legítima. Luego, y ya con la presencia de su esposa, Masako, y otros miembros de la familia real, pronuncio su discurso en la nueva era.
Que significa la era Reiwa
El primer ministro, Shinzo Abe, se dirigió a la nación para explicar su significado.
A cada reino de un emperador de Japón, o “gengo”, se le da un nombre que se usa para marcar los años paralelamente con el calendario occidental.
El nombre de la nueva era, Reiwa, está compuesto por dos ideogramas: “REI”(令), que significa “hermoso”, y “WA”(和), que significa “armonía”. En conjunto, ambos ideogramas contienen el sentido de que “la cultura se nutre cuando la gente armoniza sus corazones de una manera hermosa”.
Es la primera vez que el nombre se deriva de una antigua antología de poemas japoneses, el Manyoshu, en lugar de poemas chinos, expresó Abe.
El Manyoshu simboliza la “profunda cultura pública y larga tradición” de Japón, dijo el Primer Ministro.
Es la más antigua colección de poesía japonesa, escrita hace más de 1.200 años.
“Nuestra nación enfrenta un gran período coyuntural, pero hay muchos valores japoneses que no deberían desaparecer”, explicó Abe a los medios.
La pareja imperial luego de la abdicación
Después de la abdicación del Emperador Akihito, la pareja imperial lleva los títulos de jōkō (Emperador Emérito) y jōkōgō (Emperatriz Emérita); mientras que el primero es un título adoptado por otros emperadores retirados en el pasado, el segundo es inédito. La traducción oficial en inglés incluirá, detrás del Emperador y Emperatriz que dichos títulos llevan hasta la fecha, el adjetivo Emérito/Emérita, que denota el retiro de las funciones del cargo original.
Solo ha habido cuatro eras en la historia moderna de Japón.
La actual del emperador Akihito, Heisei, que significa “logrando la paz”, fue precedida por la era Showa (1926-1989), que puede ser traducida como “armonía ilustrada”.
Antes de esta, la era Taisho (1912-1926) significó “gran virtud”, mientras que la gengo Meiji (1868-1912) significó “reino ilustrado”.