A partir del 15 de Septiembre de 1821, las antiguas provincias que integraban el Reino de Guatemala quedaron libres del dominio de la Corona Española. A pesar de ello, el régimen gubernativo no sufrió alteración debido a la permanencia de las mismas autoridades y funcionarios públicos españoles en sus respectivos puestos, con la condición de trabajar por el nuevo país independiente. La crisis económica después de la Independencia obliga a los Estados recién independientes a aceptar la propuesta del Imperio de Agustín de Iturbide de anexarse a México, la cual es aceptada por la Junta Gubernativa de Guatemala encabezada por Gabino Gaínza, confirmándola el 5 de enero de 1822 ante la oposición de San Salvador. La caída de Iturbide representó un triunfo para recobrar la independencia de la Federación Centroamericana, la cual declaró, mediante Decreto del 1º. de julio de 1823, su absoluta independencia no solo de España y México, sino de cualquier otra nación que quisiera gobernarlos, tomando a partir de ese momento el nombre de Provincias Unidas del Centro de América, integradas por Guatemala, San Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Las primeras monedas de la Federación fueron acuñadas en 1824; un Decreto, del 19 de abril de ese mismo año, autorizó únicamente a la Casa de Moneda de Guatemala la producción de piezas que circularían en la Federación.
Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Honduras y Nicaragua, conmemoran el 203 Aniversario de la Independencia de América Central. Tal Capitanía estaba conformada, en ese entonces, por las provincias de Guatemala, Chiapas, Comayagua, San Salvador, Nicaragua y Costa Rica. La suscripción del documento trajo como consecuencia la independencia del Gobierno Español.
A diferencia de otros países americanos, exceptuando a Panamá, la Independencia de Centroamérica fue un proceso relativamente pacífico. El movimiento independentista centroamericano tomó como ejemplo la independencia de los Estados Unidos, y la revolución francesa, que terminó con desigualdades y privilegios, y fue influenciado por las ideas del reformismo ilustrado español y de la ilustración racionalista europea.
La independencia centroamericana tomó impulso después de la ocupación francesa de 1808 en España, que creó un caos político en la península Ibérica que terminó con la formación de diferentes grupos de resistencia popular mejor conocidas como Juntas. Estas crearon un gobierno español clandestino y promulgaron la Constitución de 1812, que tuvo un efecto directo en toda América. El primer movimiento independentista en Centroamérica se dio el 5 de noviembre de 1811, cuando una conspiración encabezada por los curas José Matías Delgado y Nicolás Aguilar intentó apoderarse de unas armas que existían en la casamata de San Salvador. A este movimiento le siguieron revueltas en Nicaragua, la conjuración de Belén y otros movimientos de 1814 a 1821. Una reunión entre las mismas autoridades coloniales y una junta de notables compuesta por líderes religiosos y criollos ilustrados, terminó el 15 de septiembre de 1821 con el dominio español en la antigua capitanía general de Guatemala, que comprendía el actual territorio del estado de Chiapas y las repúblicas de El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
En Argentina, el Embajador de la República de Guatemala, Su Excelencia, Héctor Iván Farfán, celebró la Independencia de su país junto a los demás países centroamericanos en un Hotel céntrico de la Ciudad de Buenos Aires. Al mismo acudieron autoridades del Gobierno nacional, cuerpo diplomático acreditado en Argentina e invitados especiales.