Continúan las celebraciones por el 120 Aniversario de amistad entre Argentina y Japón. Para la ocasión, el Jardín Japonés abrió sus puertas en forma gratuita recibiendo a miles de visitantes, que según los organizadores -Fundación Cultural Argentino Japonesa, Complejo Cultura y Ambiental Jardín Japonés y Buenos Aires Ciudad- superó ampliamente las 100.000 personas. Quienes, a pesar del frío, pudieron disfrutar de una jornada con espectáculos en vivo (argentino japoneses) sobre la Av. Berro, donde el GEKI (sainete japonés) tuvo un papel preponderante, además de casi 90 stand que ofrecieron
gastronomía típica, los clásicos origami, té matcha, sushi, pintura tradicional, terapias orientales, darumas, etc. Como así también, una clínica de tenis para ciegos.
Asimismo, los convidados pudieron deleitarse en las instalaciones de este paraíso porteño. Descubriendo y registrando en fotos y videos cada sendero, puentes (con sus significados), cascadas, pinos, peces koi (considerados especies fuertes porque nadan contra la corriente para depositar sus huevos), imagen del
Monte Fuji, (es un lugar sagrado para los japoneses, el hogar de las divinidades de la naturaleza. Se cree que todo japonés debe, al menos una vez en la vida, llegar hasta la cima del Monte Fuji, una tradición que se ha convertido en un evento a nivel mundial) los maravillosos Bonsai (si uno regala uno a un amigo o familiar, el mensaje que se quiere dar es de amistad, felicidad y vida longeva, además de crear un ambiente de paz y armonía) y todo lo que este pedacito de Japón en sus 3 hectáreas nos ofrece.
Párrafo aparte para los últimos Sakura (cerezos en flor) que pudieron verse en el Jardín Japonés. Es una flor muy relacionada con la cultura nipona y budista. Para los antiguos samurais la flor de cerezo simbolizaba la sangre, pero también la fragilidad y lo efímero, haciendo referencia a la vida de sacrificio que éstos seguían. Y aunque cueste creer, siendo una flor tan suave y dulce, también se llega a relacionar con el ejército y los militares kamikazes típicos
de la Segunda Guerra Mundial. En Japón, el Sakura también puede simbolizar la inocencia, la sencillez y el renacimiento que trae consigo la primavera.
Cabe destacar que también se realizo un acto protocolar que contó con la presencia del Embajador de Japón Sr. Noriteru Fukushima, autoridades del Jardín Japonés y de la Ciudad de Buenos Aires.
En el Jardín Japonés nada estuvo librado al azar, todo fue planeado a la perfección a fin de dar a conocer la cultura y costumbres japonesas, en agradecimiento a Argentina por la amistad y el respeto con el cual recibieron a los primeros inmigrantes.