El Jardín Japonés de Buenos Aires fue el escenario donde se llevo a cabo la ceremonia Daruma Matsuri. Se trata de un festival tradicional japonés en honor al Daruma, una figura popular que representa la perseverancia y los deseos cumplidos. El Daruma es un muñeco sin brazos ni piernas, inspirado en Bodhidharma, el fundador del budismo zen, y simboliza la resistencia y la buena suerte.
Características principales del Daruma Matsuri:
Daruma y los deseos:
Al adquirir un muñeco Daruma, las personas le pintan un ojo mientras hacen un deseo o establecen una meta.
Una vez que el deseo se cumple, pintan el segundo ojo como agradecimiento.
Ceremonia de quema (Daruma Kuyo):
Al final del año o durante el festival, los Daruma antiguos (que cumplieron su función) son llevados a templos donde se realiza una ceremonia de quema ritual.
Esta quema simboliza la gratitud hacia el muñeco por haber acompañado el proceso y su liberación espiritual.
Los monjes rezan oraciones para agradecer y renovar los deseos para el próximo ciclo.
Lugares destacados:
Uno de los festivales más famosos es en el templo Jindaiji, cerca de Tokio, donde miles de Daruma son quemados y vendidos.
También es común en otros templos budistas importantes de Japón.
Ambiente festivo:
Durante el festival, hay puestos de comida, venta de muñecos Daruma en distintos tamaños y colores (cada uno simboliza algo diferente), oraciones y cánticos.
Simbolismo del Daruma:
El Daruma se asocia con la frase japonesa “Nanakorobi yaoki” (七転び八起き), que significa “caerse siete veces, levantarse ocho”, reflejando la resiliencia y la perseverancia frente a los desafíos.
Aunque el Daruma se balancee, siempre se levanta y se posiciona firme ya que logra conseguir su eje. Es una celebración emotiva y espiritual que combina el agradecimiento por los logros alcanzados y la esperanza de un futuro lleno de oportunidades.