En la actualidad, existen un poco mas de 1800 millones de jóvenes en el mundo entre 10 y 24 años de edad. Siendo la población juvenil más grande de la historia. Pero hay un dato que no podemos desconocer, y es que 1 de cada 10 vive en zonas de conflicto y 24 millones de ellos no asisten a la escuela. Las principales causas de este flagelo son, la inestabilidad política, los desafíos del mercado laboral y el limitado espacio para la participación política y cívica en sus respectivos países, motivos que han llevado al abandono de los jóvenes de las sociedades.
En 1999, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud, una celebración anual que busca promover el papel de los jóvenes como socios esenciales en los procesos de cambio y crear una oportunidad para generar conciencia sobre los desafíos y problemas a los que estos se enfrentan.
“Espacios seguros para la juventud”
Los jóvenes en la actualidad interactúan en espacios que no se había definido claramente como los cívicos, que les permiten participar en cuestiones de gobernanza; los públicos, que les dan la oportunidad de participar en deportes y otras actividades de ocio en su comunidad; los digitales, que les ayuda a interactuar virtualmente con otros sin considerar las fronteras; y los físicos, los cuales con una adecuada planificados pueden ayudar a satisfacer las necesidades de los jóvenes, especialmente la de los más vulnerables a la marginación o la violencia.
Para garantizar que dichos espacios seguros sean inclusivos, los jóvenes de diversos orígenes, deben reforzar el respeto y la autoestima. En entornos humanitarios o propensos a conflictos, por ejemplo, los jóvenes pueden carecer de espacios para expresarse donde puedan sentirse cómodos y libres. Del mismo modo, sin la existencia de un espacio seguro, jóvenes de diferentes razas / etnias, sexo, afiliación religiosa o antecedentes culturales pueden sentirse intimidados para contribuir libremente a su comunidad. Cuando los jóvenes tienen estos espacios seguros para participar, pueden contribuir efectivamente al desarrollo, la paz y la cohesión social.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, específicamente el Objetivo 11, enfatiza la necesidad de proporcionar espacios para una urbanización inclusiva y sostenible. Además, la Nueva Agenda Urbana reitera la necesidad de espacios públicos que permita a los jóvenes, interactuar con la familia y tener un diálogo intergeneracional constructivo. Por otra parte, el documento del Programa Mundial de Acción para la Juventud, que es el marco de la ONU para el desarrollo de la juventud, prioriza la provisión de “actividades de esparcimiento” como esenciales para el desarrollo psicológico, cognitivo y físico de los jóvenes. A medida que más y más jóvenes crecen en un mundo tecnológicamente conectado, ellos aspiran a involucrarse más en lo político, cívico y social, es por ello que la disponibilidad y acceso a los espacios seguros se convierten en un elemento clave para hacer esto realidad.