El embajador de Italia en Argentina, Sr. Giuseppe Manzo, celebró en su residencia la conmemoración del referéndum constitucional de 1946 que marco el fin de la monarquía para dar paso a la República. En su emotivo discurso, frente a autoridades argentinas, varias representaciones diplomáticas e invitados especiales, reafirmó la “profundidad y riqueza de los tradicionales lazos de amistad que unen a los dos países” y que constituyen un “valioso e insustituible patrimonio” con una fuerte identidad cultural, lingüística, económica y afectiva, que “se puede ver y tocar en todos los campos de la vida argentina e italiana”.
La Festa della Repubblica se celebra el 2 de junio en Italia y rememora cuando -finalizada la Segunda Guerra Mundial- los ciudadanos italianos decidieron por sufragio universal su forma de gobierno, entre monarquía y república. De esta manera el Reino de Italia (1861/1946) pasó a ser la actual República Italiana, tras 85 años de monarquía.
En 1948, tuvo lugar por primera vez en Roma, en Via dei Fori Imperiali, el desfile militar en honor a la República Italiana que ingresó al año siguiente en la OTAN, y por ese motivo se organizaron diez desfiles militares en todo el territorio italiano.
Actualmente, la ceremonia oficial se celebra en la capital de Italia, Roma y consiste en dejar una corona al Milite Ignoto, el soldado desconocido, monumento con una “ llama eterna “ construida tras la Primera Guerra Mundial, y al Altare della Patria, el monumento nacional a Víctor Manuel II. El acto más importante sigue siendo el desfile militar, presidido por los altos cargos del Estado, y que recorre las principales calles de la capital romana.
En esta festividad nacional participan las Fuerzas Armadas, las Fuerzas de Policía de la República y las locales romanas, el Cuerpo Nacional de bomberos y la Cruz Roja italiana. Participan también las delegaciones militares de la ONU, la OTAN, y la Unión Europea.
Las celebraciones continúan durante la tarde con la apertura al público de los jardines del Palacio del Quirinal, en cuyo interior encontramos la sede de la Presidencia de la República Italiana.
La celebración de la fiesta nacional de la República Italiana (1946) no solo se celebra en todos los rincones de Italia, sino que se conmemora prácticamente en todo el mundo.
Con distintos actos, la comunidad italiana en Argentina, festeja los 73 años del nacimiento de la República.
Impulsados por variables coyunturales, unos tres millones de italianos llegaron a Argentina – desde la década de 1860 hasta aproximadamente 1970, asentándose esencialmente en las regiones centrales del territorio nacional.
Argentina posee la primera mayor comunidad de italianos fuera de Italia en Latinoamérica. Alrededor del 50% de la población argentina es de origen italiano, Argentina es el primer país con mayor influencia de la cultura italiana y aquel en el que la población italiana es mayoría.
Son los italianos los que han edificado el país, desarrollado los recursos nacionales y explorado las principales industrias. El cambio que provocó la inmigración italiana en la vida cotidiana argentina fue total. No obstante, y cabe destacar, los italianos en Argentina, no tomaban la ciudadanía. Asimismo, es cada vez más frecuente que los hijos, nietos, nacidos en suelo argentino, adopten la doble nacionalidad.
Hoy tanto la Embajada, Consulados, Comités, Cámaras de Comercio Italianas, Asociaciones de cada región, Escuelas e Institutos, infinidad de instituciones representan a los italianos en nuestro país.
Para continuar, en la posguerra, las relaciones comerciales entre ambos países se intensificaron, y se renovó el flujo inmigratorio, aportando trabajadores calificados, técnicos y empresarios. Creadores de emprendimientos industriales y de servicios, que mantuvieron un pie en Italia y otro en Argentina y ese formato se repite hoy entre sus descendientes.
Asimismo, el Embajador Giuseppe Manzo, en su alocución hizo referencia al extraordinario artista Leonardo da Vinci.
Leonardo di ser Piero da Vinci, más conocido habitualmente como Leonardo da Vinci, es sin duda una de las figuras más reconocibles del renacimiento italiano. La principal razón de la fama de Leonardo la encontramos en la pintura, ya que muchos le consideran uno de los más grandes pintores de todos los tiempos. Dos de sus obras más famosas son La Gioconda y La Última Cena. Aun así, el genio de Leonardo no se circunscribía únicamente al arte pictórico, ya que estaba interesado en numerosos campos del conocimiento, entre ellos la arquitectura, las matemáticas, la ingeniería, la música, la botánica y la geología.
Leonardo da Vinci nació en el año 1452 en la república de Florencia, cerca de la ciudad de Vinci. Fue fruto de una relación ilegítima entre un notario de nombre Piero da Vinci y una campesina llamada Caterina. Leonardo vivió con su madre hasta que tuvo cinco años de edad, tras lo cual se mudó a casa de su padre. No se puede decir que recibiera una formación académica en sentido estricto, aunque sí aprendió rudimentos de lectura, escritura y matemáticas. Su tío tuvo su parte de responsabilidad en la educación de Leonardo durante los años de su infancia, inculcando en el joven el amor por la naturaleza.
A pesar de no haber recibido una formación académica, el potencial de Leonardo como artista fue rápidamente reconocido por su familia. Por ello, a la edad de 14 o 15 años, Leonardo fue enviado como aprendiz al taller del prestigioso escultor y pintor florentino Andrea del Verrocchio. Leonardo pasaría seis años siendo aprendiz de Verrocchio, perfeccionando su técnica, no solo en la pintura, sino también en el trabajo de los metales, la escultura y la carpintería.
Aunque la fama de Leonardo nace fundamentalmente de su obra pictórica, es innegable que su brillantez se extendió a una gran variedad de otros campos. Aparte de las destructivas máquinas de guerra, Leonardo escribió y dibujó acerca de una amplia gama de materias, como anatomía humana, mecánica, máquinas voladoras y arquitectura. Los cuadernos que contenían estas ideas, no obstante, estaban en poder de Leonardo, y no fueron publicados hasta su muerte.
El arte es la reina de todas las ciencias, comunicando el conocimiento a todas las generaciones del mundo. (Leonardo da Vinci).