A tan solo 50 minutos del Aeropuerto Helsinki-Vantaa, en Finlandia, nos encontramos con la ciudad de Lahti, en la parte meridional del lago Vesijärvi, quien ha sido galardonada con vistas naturales.
La misma, fue fundada a principios del siglo XIX como un centro estratégico donde se cruzaban varias líneas de ferrocarril, concentrándose en la industria de la maderera. En la actualidad, se destaca mundialmente dentro del sector de las industrias cleantch, donde se reciclan más del 95% de los desechos de toda la región, atrayendo con su ejemplo a cientos de investigadores, inversores y empresas.
Asimismo, raíz de la pandemia y al ver que la rutina diaria de sus ciudadanos había sido modificada abruptamente, ya que el espacio de trabajo se centraba desde los hogares, monótonamente y el estar todo el día entre cuatro paredes el resultado iba a ser asfixiante, encontraron la solución creando los Viita-workstations (pequeñas oficinas en los parajes naturales de la ciudad) alrededor de parajes naturales, que son utilizadas tanto por sus habitantes como por turistas, de forma totalmente gratuita.
Lahti es la duodécima ciudad a la que se le concedió el estatus de Capital Verde Europea en 2021, premio del que han disfrutado con anterioridad ciudades como Bristol, Hamburgo, Lisboa y Copenhague, concedido por Comisión Europea teniendo en cuenta varias cuestiones medioambientales, como la calidad del aire, la innovación ecológica, la biodiversidad y el transporte.
Haciendo foco en su próximo objetivo que es alcanzar la neutralidad de carbono para 2025.
Las reservas naturales de la ciudad contribuyen a la conservación como a la diversidad de las características naturales, representando una gran variedad de biotipos, como turberas, brezales y humedales con su flora y fauna específica.
Sus ambiciones culturales también son de destacar en lo que a arquitectura se refiere, ya que en las mismas se pueden apreciar obras arquitectónicas notables, como la Iglesia de Nastola construida en 1804, la Iglesia de Joutjärvi, el teatro, el centro de viajeros con su espectacular vista, la deslumbrante biblioteca construida por el arquitecto finlandés Arto Sipinen o la Iglesia de la Cruz, traducida del vocablo finlandés Ristinkirkko con un diseño minimalista, la cual fue uno de los últimos proyectos del renombrado arquitecto finlandés Alvar Aalto.
Este templo es una de esas obras de arquitectura moderna que enamora por su funcionalidad, la belleza de sus formas y el aprovechamiento de la luz natural; con 52 ventanas, una por cada semana que tiene el año; distribuidas en forma de enorme crucifijo, lo que le da al conjunto una atractiva singularidad óptica tanto desde dentro como desde fuera cuando el interior está iluminado, claramente un concepto de construcción que no deja indiferente a nadie por el atrevimiento y visión del futuro que tuvo Aalto.
Indiferentemente a los sentimientos religiosos de cada persona, la visita a esta iglesia es obligada, sobre todo si coincide con la época de sus famosos conciertos de órgano.
Lahti no deja de ser una fascinante ciudad en la cual se encuentra el Parque Nacional de Päijännem, creado en 1993, situado en la parte sur del lago Päijänne siendo, el segundo más grande de Finlandia, formado por unos cincuenta pequeños islotes e islas más grandes con rocas escarpadas o eskers.
Entre las atracciones escénicas del parque se encuentra la cresta del esker Pulkkilanharju, que se puede explorar mejor a lo largo de un sendero que conduce a una torre de vigilancia construida en la parte más alta de esta pintoresca isla en 1899, que ofrece hermosas vistas sobre las aguas abiertas del lago.
Para terminar, debemos decir que una visita a esta bellísima ciudad no está completa sin antes experimentar la sauna, ya que es algo inherente a Finlandia y en Lahti como no podía ser de otro modo se puede disfrutar de esta costumbre, que además, es buena para la salud.
La cultura de la sauna en Finlandia, ritual que la población cumple al menos una vez por semana, es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por la UNESCO.
Con unos tres millones de saunas para 5,5 millones de habitantes, representa un rito que se remonta a varios cientos de años.
Durante la Guerra Fría, el presidente Urho Kekkonen (1956 – 1982), precursor de la “diplomacia de la sauna”, negociaba desnudo con los diplomáticos soviéticos, puesto que en Finlandia la sauna se practica sin nada de ropa.