Ambas comunidades tienen, en el barrio de Chacarita, su propio cementerio y después de 100 años de la finalización de la Primera Guerra Mundial, de común acuerdo abrieron un portón en la pared colindante para cerrar esta historia en el año 2018, pero ambas capillas de responso con el correr del tiempo se habían deteriorado.
Luego de varios años de gestiones en pro de conseguir la aprobación de los trabajos de restauración de las Capillas de estos dos cementerios, finalmente fueron restauradas.
Es de destacar que se trata de la primera vez en la historia de ambos cementerios, que el Estado Nacional invirtió fondos de su presupuesto en una restauración y puesta en valor integrales de los bienes declarados.
Ambas capillas fueron declaradas en la categoría de monumentos históricos nacionales mediante el Decreto del PEN nº 525/ 2010.
Que representa para usted, Sr. John Hunter, que después de varios años finalmente se han podido realizar las restauraciones?
Una alegría inmensa porque muchas de ellas eran muy necesarias. Nosotros no contamos con personal especializado en restauración y es por ello que aprovecho para, nuevamente, dar gracias a todos los involucrados en el proceso de restauración. Mi agradecimiento también a los que aprobaron la partida presupuestaria en 2017 y quienes en el actual gobierno decidieron dar continuidad a esas partidas. Ambos han demostrado interés en la preservación del patrimonio nacional histórico.
Fueron doce meses en que la capilla estuvo cerrada al público, pero bien valió la espera, y es importante recordar que la capilla es para uso de todas las denominaciones religiosas. Hago extensiva la invitación a todos para que no duden en visitar nuestro histórico cementerio y su ahora totalmente restaurada capilla.
La capilla de responso del Cementerio Británico (British Cemetery) fue proyectada por Sidney Follet e inaugurada en 1942, en un estilo que combina elementos pintoresquistas con aportes modernizadores post-Art Decó, con su impronta ladrillera y semirrural al modo de las country parish, desplazada unos metros del sendero principal, dialoga con el carácter romántico y tardo-victoriano del paisaje donde se emplaza.
En el interior de la capilla no hallamos vidrieras decoradas, por cuanto los años de la Segunda Guerra Mundial frustraron su importación desde Inglaterra.
En cambio, si a su costado un vitral y alzando la mirada al techo, llama la atención el trabajo de su potente armadura en madera noble, de referencias náuticas al modo inglés.
Un recorrido por caminos permite visitar parte de la historia argentina, desde cuatro maestras que Sarmiento trajo de Estados Unidos, el famoso payaso Frank Brown y el iniciador de football en nuestro país, Watson Hutton, que migraron del Reino Unido para habitar estas tierras.
También personalidades de la literatura y la medicina: la Dra. Cecilia Grierson, la primera médica argentina, hija de una familia de inmigrantes escoceses e irlandeses, o patriotas como el norteamericano Coronel Thorne, héroe de la batalla Vuelta de Obligado que hoy en día se conmemora el 20 de noviembre como el Día de la Soberanía Nacional.
En cuanto a la capilla de responso del Cementerio Alemán (Deutscher Friedhof) supone una rareza arquitectónica, casi un estereotipo, en la medida en que, precisamente, el lenguaje Jugendstil fue la contracara alemana del Art Nouveau, y se planteó casi como un manifiesto anti-clásico. La amistosa convivencia, en un mismo edificio, de ambos lenguajes tan antagónicos en su matriz de origen, demuestra, una vez más, la capacidad conciliadora y mediadora de ese eclecticismo proyectual, practicado con éxito en el medio argentino, inaugurada el 1 de agosto de 1926.
Su edificación estuvo a cargo de la empresa alemana Wayss & Freitag, establecida en el país a fines de 1909 y con fuerte expertise en construcciones de hormigón armado, ya desde sus comienzos en Alemania, a finales del siglo XIX.
Se accede al interior a través del portal principal y de dos portones secundarios de cuatro hojas, situados a cada lado del edificio, bajo pequeños frontones triangulares. Una particularidad de estas puertas es, en cada una de ellas, una tronera con el motivo de la cruz realizada con perfiles de hierro forjado, decorado en su interior.
Sus vitraux fueron creados por maestros europeos especializados en el arte sacro de la firma Mayer de Munich e importados por Adolf Weber, como también existen decoraciones pictóricas que fueron restauradas por el señor Pablo Jellin en 1986.
Su fachada exhibe un pórtico adelantado (o nártex) tetrástilo, del orden toscano, con un frontón triangular en cuyo tímpano se colocó un relieve escultórico de tema funerario clásico (la urna cineraria parcialmente velada) y, por debajo, una inscripción en lengua alemana, de fuente evangélica (SELIG SIND DIE TOTEN, DIE IN DEM HERRN STERBEN= Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor).