Los británicos se refieren a él como Underground o The Tube, dada la forma de sus túneles, comenzó a funcionar el 10 de enero de 1863;
Cuatro millones de pasajeros viajan a diario en el metro de Londres. El famoso ‘tube’ es más que un medio de transporte, es un símbolo de la ciudad con más de 150 años.
Sus obras solo duraron tres años y fueron financiadas por una empresa privada. El avance de la tecnología permitió que las antiguas locomotoras de vapor dieran paso a los trenes eléctricos mientras que, en paralelo, los ingenieros de la época habían diseñado nuevas maneras para la construcción de túneles. El que coincidieran ambos hechos en el mismo periodo de tiempo permitió que naciera el metro más antiguo del mundo. La primera línea subterránea, conocida como la North Metropolitan Railway, comenzó a construirse coincidiendo con la Gran Exposición de 1851.
Para comprender su origen debemos situarnos también en la época de la Revolución Industrial. La población rural comienza a emigrar a las ciudades en busca de la promesa de una vida mejor, menos dura y áspera que la del campo. Y, al igual que en la actualidad, a Londres llegaron millones de personas queriendo escapar de la miseria. Los problemas logísticos impidieron que se lograra el desarrollo esperado, Londres se convirtió en una de las ciudades más pobladas del mundo y su periferia sufría constantes colapsos que impedían la normalidad de las comunicaciones. En ese contexto, un concejal audaz de nombre Charles Pearson, con una visión moderna y avanzada de las ciudades, planteó una red de trenes subterráneos compuesta por cabinas impulsadas por aire comprimido.
Desde el punto de vista del diseño, el metro de Londres es un caso de estudio que pone de manifiesto la implicación que esta disciplina tiene con la sociedad. Tanto el logotipo del metro, como la tipografía, los mapas diagramáticos y la señalética están pensados y diseñados desde la lógica, si bien en su extensa historia han sufrido diferentes modificaciones.
La marca Underground nació en 1906, cuando Charles Tyson Yerkes unificó las vías. Posteriormente, en 1908, con Frank Pick al cargo del departamento de publicidad de la compañía llegó la ‘redondela’, actualmente un símbolo propio de Londres cuyos derechos gestiona caudalosamente la compañía Transport for London (TfL). Los orígenes del también conocido ‘ojo de toro’ (bulls-eye) u objetivo (target) vienen del siglo XIX. El símbolo de una rueda con una barra horizontal en el centro y dentro de ella la palabra GENERAL fue primero utilizado por la London General Omnibus Company. En 1908 se decide utilizar en el metro para destacar de una manera más simple los nombres de las estaciones en los andenes. El círculo rojo con la barra del nombre de color azul fue rápidamente adoptado, con la palabra «UNDERGROUND» a lo largo de la barra, como primera identificación corporativa.
Posteriormente, en 1919, este logotipo fue rediseñado por Edward Johnston. Más conocido por su labor como tipógrafo y calígrafo, tres años atrás, en 1916, había diseñado la Jonhnston Underground, la fuente sans-serif característica de TfL hasta 1979, cuando fue modificada por Eiichi Kono para producir la New Johnston. Se destaca por su curva en la parte inferior de la letra l minúscula, y el punto en forma de diamante en las letras i y j. TfL posee el copyright para ejercer control sobre la fuente.
Cada estación posee la ‘redondela’ del metro, a menudo conteniendo el nombre de la estación en la barra central, en las estaciones y repetidamente a lo largo del andén. Por tanto, el nombre puede ser visto fácilmente por los pasajeros que llegan de los trenes. Este símbolo ha sido usado en los autobuses y el metro por muchos años, y desde que TfL tomó control del ferrocarril subterráneo lo ha aplicado a sus otros tipos de transporte (taxi, tranvía, DLR, etc.) en diferentes pares de colores.
El primer mapa diagramático lo diseñó Harry Beck en 1931.Un empleado del propio metro que detectó que la mayoría de los viajeros buscaban cómo llegar de una a otra estación. Su diagrama lo basó en el sistema de mapas utilizado por los sistemas de alcantarillado. La genialidad de Beck fue desarrollar un mapa simplificado, consistente en estaciones, segmentos de líneas rectas que las conectaban y el Río Támesis; las líneas podían correr verticalmente, horizontalmente o con un ángulo de 45 grados. Para que el mapa fuera más claro, enfatizó las conexiones, diferenciando entre las estaciones ordinarias (marcadas con ‘ticks’) y las de intercambio (marcadas con rombos). Inmediatamente se hizo popular y desde ese entonces el metro utiliza mapas topológicos para ilustrar la red. A pesar de que Beck sólo cobró cinco guineas por el trabajo, el éxito inicial le llevó a continuar el diseño de los mapas hasta 1960 –a excepción de 1939, edición diseñada por Hans Scherger–. Durante ese tiempo, así como aparecían nuevas líneas y estaciones, Beck alteraba el diseño. Por ejemplo cambiando el símbolo de las estaciones de intercambio de un rombo a un círculo, así como también los colores de las líneas –Central Line de naranja a rojo y Bakerloo Line de rojo a café–. El último diseño de Beck, en 1960, contiene los fundamentos de los mapas actuales del metro.
Posteriormente, Harold Hutchinson dibujó su propia versión del mapa del metro en 1960; quitó las esquinas suavizadas del diseño de Beck y creó algunas áreas altamente contraídas. También introdujo los símbolos de intercambio (círculos sólo para el metro, cuadrados para intercambios con el British Rail) que eran negros y permitían muchas líneas a través de ellas, en oposición a Beck que usaba un círculo para cada línea en un intercambio, coloreadas de acuerdo a la línea correspondiente. Ya entre 1964 y 1986 fue Paul Garbutt quien retomó el diseño de los mapas del metro desde el punto de vista de Beck. Hoy, el mapa muestra la leyenda: «Este diagrama es una evolución del diseño original concebido en 1931 por Harry Beck» en la esquina inferior derecha.
En la pantalla grande, el Metro ha sido escenario de cintas como 007: Operación Skyfall o Rogue One: una historia de Star Wars, mientras que el Metro forma parte de una inolvidable secuencia de El vengador del futuro. Ambos sistemas son importantes plataformas de difusión cultural, a través del aprovechamiento de sus instalaciones con iniciativas como Art on the Underground (Arte en el Subterráneo) o las Estaciones Emblemáticas del Metro.
Hoy el Underground de Londres comprende una red de 402 km, lo que la convierte en la tercera más extensa del planeta sólo por detrás de las de Shanghai y Pekín. También es una de las que más estaciones tiene (270) y una de las que más pasajeros mueve (3 millones diarios de media).
Una razón más para conocer la subyugante y atractiva Londres.