La Embajadora de México en Argentina, Lic. Mabel Gómez Oliver, en su discurso se dirigió a los representantes del gobierno nacional argentino, provinciales, locales, de la Ciudad de México también presentes, miembros del cuerpo diplomático, militares aéreos y navales, empresarios, instituciones académicas y educativas, medios de comunicación, miembros de la comunidad mexicana, al Fondo de Cultura Económica y a las autoridades del Museo Fernández Blanco por permitir dicha celebración.
Asimismo expresó: “Para los mexicanos el conmemorar año tras año, el nacimiento de México como Nación libre y soberana, es algo central de nuestra cultura, de nuestra identidad, de nuestro ser mexicano y por eso es tan importante compartirlo con todos ustedes, agradeciéndoles cómo nos acompañan durante todo el año, y cómo nos ayudan a fortalecer cada día más la relación entre México y Argentina”.
Los archivos dan cuenta de las primeras aproximaciones diplomáticas entre México y Argentina a principios del siglo XIX, en momentos en que la mayoría de los países de América Latina se veían involucrados en la búsqueda de sus identidades nacionales. Según documentos de la época, fue en 1818 cuando el movimiento insurgente de México iniciado por Don Miguel Hidalgo y Costilla, designó a Simón Tadeo Ortiz como vínculo con las Provincias Unidas del Sur, a fin de concertar y consolidar la unidad en la defensa de los avances hacia la independencia de los países de la región.
El espíritu de solidaridad latinoamericana quedó de manifiesto en la extensa misiva que Tadeo Ortiz dirigiera a las Provincias Unidas del Sur y cuya esencia se resumen en lo siguiente: “Si hubiera de haber alguna vez una alianza natural, íntima y permanente entre los pueblos, es la que se debe formar entre la América del Sur y México”.
En 1824, el primer Presidente de México, Guadalupe Victoria, envió un mensaje al Gobierno de Buenos Aires, destacando que “una sola es la causa de América: su unidad e independencia”.
En 1880 Argentina acreditó a su primer Cónsul en México y en 1889 a Ramón Mendoza como primer representante con rango diplomático.
En 1891 Juan Sánchez Azcona fue el primer enviado en calidad de Ministro Plenipotenciario de México en Argentina.
En 1927 ambos países elevaron sus representaciones diplomáticas al rango de Embajadas. El eminente filósofo y escritor Alfonso Reyes fue designado ese año como el primer Embajador de México residente en la Argentina, cargo que desempeñó en dos oportunidades (1927-1930 y 1936-1937). En tanto, el primer Embajador de Argentina en México fue Juan Lagos Mármol, quien desempeñó su cargo desde 1928 a 1930.
Como símbolo del excelente nivel que habían alcanzado las relaciones bilaterales, el 12 de febrero de 1973 fue inaugurado en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México el Monumento al Libertador de Argentina, Chile y Perú, Don José de San Martín.