Perú y la civilización mas antigua del Continente americano, los Caral

Perú es cuna de una de las civilizaciones más antiguas del Continente americano, los Caral.
Se trata de una de las culturas muy poco conocidas. La misma está situada, con sus 66 hectáreas, en el valle del Supe, en la costa norcentral de Perú.
Se cree que los asentamientos comenzaron entre los años 3000 y 2700 a.C., siendo la agricultura y la pesca la base de la economía de los Caral.
Un poco más tarde (2500-2400 a.C.) se construye la ciudad de Caral propiamente dicha, con una arquitectura que no deja de asombrar. A tal punto que su influencia alcanzó todo el norte del Perú. Un claro ejemplo de ello es el yacimiento Ventarrón, en Lambayeque.
Los Caral fueron una sociedad muy avanzada para la época, que desarrolló grandes conocimientos científicos y tecnológicos que transmitieron, incluso, a culturas vecinas. No vivieron en ciudades amuralladas, pero sí intercambiaron recursos, bienes y conocimientos con poblaciones de la sierra y la selva.

Tuvieron acceso al molusco Spondylus, muy característico de las aguas tropicales del Ecuador; también obtuvieron sodalita, un mineral que proviene de Bolivia.
Majestuosa arquitectura.
La importancia de Caral se ve reflejada en los elementos de su arquitectura, de significado simbólico, plazas circulares hundidas, hornacinas, puertas de doble jamba, tecnología resistente a terremotos, plataformas escalonadas, etc. Caral fue un complejo urbano formado por distintas construcciones. Carece de recinto amurallado y se encuentra ubicado sobre una terraza que lo protegía de posibles desastres naturales.

Los edificios se construyeron con piedra y madera de árboles caídos. Se conservan seis pirámides, cada una de ellas con una escalera central que se orienta hacia determinadas estrellas. Todos estos edificios disponían de un altar con un fuego central (de forma circular o cuadrangular) y conductos subterráneos que canalizaban la energía del viento. En estos complejos se debían llevar a cabo ceremonias religiosas que incluían la incineración de ofrendas a las divinidades. Pero unas de las construcciones que resultan más llamativas son sus dos enigmáticas plazas circulares, situadas frente a dos edificios piramidales. Muy posiblemente relacionadas asimismo con ceremonias religiosas.
A pesar de su armoniosa relación con la naturaleza, la cultura Caral sucumbió a un duro cambio climático, catastrófico por sus efectos. Los arqueólogos han identificado una serie de fenómenos meteorológicos extremos, como terremotos y lluvias torrenciales que anegaron la bahía de la ciudad pesquera.
También se ha documentado una sequía extrema que se prolongó durante varias décadas: el río Supe se secó y los campos de cultivos se llenaron de arena. Al final, tras diversas y devastadoras hambrunas que acabaron con esta deslumbrante civilización, Caral y las poblaciones aledañas fueron abandonadas hacia 1900 a.C., sin que nadie sepa qué fue de sus habitantes.

Cabe destacar que la Ciudad Sagrada de Caral, Patrimonio Mundial y principal centro urbano de la civilización Caral, ha sido reconocida por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) con la máxima distinción que se entrega a los sitios turísticos en el Perú: la Jerarquía 4.

Este reconocimiento corresponde “a los destinos de importancia nacional, de gran significación para el mercado internacional y capaz de motivar un importante flujo de visitantes nacionales y extranjeros”.

La Ciudad Sagrada de Caral es el primer destino cultural de la Región Lima en recibir este reconocimiento, tras una evaluación que comprendió ocho criterios establecidos por el MINCETUR, en concordancia con organismos y normas internacionales: particularidad, publicaciones, reconocimientos, estado de conservación, flujo de turistas, facilidades, representatividad territorial e inclusión en la visita turística. En octubre próximo se conmemorarán 30 años desde inicio de las investigaciones sobre la Civilización.