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Organismos Internacionales

Necesitamos una agricultura con rostro humano y en plena armonía con el medio ambiente

En la transformación de la agricultura sobre bases sostenibles está el futuro de nuestros pueblos

Fundado en el año 1942, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) es el organismo especializado en agricultura del Sistema Interamericano que apoya los esfuerzos de los Estados Miembros para lograr el desarrollo agrícola y el bienestar rural.

Brindan cooperación mediante el trabajo cercano y permanente con sus 34 Estados Miembros. Cuentan con vasta experiencia en temas como tecnología e innovación para la agricultura, sanidad agropecuaria, calidad e inocuidad de los alimentos, comercio agropecuario internacional, agricultura familiar, desarrollo rural, gestión de los recursos naturales y bioeconomía.
Para conocer un poco mas de cerca el IICA, Ambito Internacional dialogò en exclusiva con su Director General, Dr. Manuel Otero.

Ha sido reelecto unánimemente para un segundo mandato ante el IICA. ¿Que representa esto para usted?
En primer lugar, lo tomo como una demostración de respaldo por lo hecho desde que 
asumimos esta posición, en enero de 2018 y, seguidamente, como una expresión de confianza por lo que aún vamos a hacer. Concibo al IICA como una institución de servicio a los países y entiendo su función como la de un fiel intérprete de las prioridades y las demandas de los Estados Miembros. Por eso, expresé a los ministros mi compromiso de consolidar al IICA como la organización de excelencia para una cooperación técnica al servicio de los países, con la convicción de que en la transformación de la agricultura sobre bases sostenibles está el futuro de nuestros pueblos. 

¿Cuáles son las prioridades del IICA para Latinoamérica?
Estamos en un momento crítico en el que convergen y se potencian crisis de dimensiones 
económicas, sanitarias y ambientales. Nuestra prioridad institucional es ofrecer un servicio
relevante a los países y para eso debemos precisar qué desafíos nos toca enfrentar y cómo lo
haremos. La pandemia nos hizo retroceder décadas en materia social. En contraposición, el
sector agropecuario exhibió y confirmó su resiliencia. La rueda de la agricultura no se detuvo
y los mercados fueron abastecidos en tiempo y forma. No desconocemos que en muchas regiones aumentó la inseguridad alimentaria, pero eso -sin complacencias- no es atribuible a una dimensión productiva. Entonces, lo que hacemos desde el IICA –en un trabajo de cooperación con gobiernos, la academia, el sector privado, la sociedad civil y los organismos internacionales de crédito-, es contribuir a la construcción de una nueva visión, posicionando al sector agropecuario, a nuestros sistemas agroalimentarios y a los territorios rurales como activos estratégicos, claves para reactivar nuestras economías por su capacidad para generar empleos, ingresos y divisas y para agregar valor en la ruralidad y promover así un desarrollo más sostenible. Necesitamos una agricultura intensiva en conocimientos, con rostro humano y en plena armonía con el medio ambiente.

Estuvo reunido con el secretario de Relaciones Económicas de Cancillería, Jorge
Neme, ¿Que nos puede decir al respecto de esta reunión?
El secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería Argentina, Jorge 
Neme, visitó la sede central del IICA en Costa Rica en el marco de una visita de trabajo a este
país. Obviamente le mostramos nuestros proyectos y programas de cooperación en América
Latina y el Caribe, y conversamos sobre oportunidades para la cooperación en el sector
agropecuario latinoamericano y caribeño, especialmente en temas de inocuidad y sanidad de
los alimentos, bioeconomía, comercio e integración regional, y también buenas prácticas
agrícolas.

¿Nos podría ampliar en qué consiste la digitalización del campo?
Necesitamos producir cada vez más para alimentar a una población creciente en un marco de
respeto ambiental y de utilización de cada vez menos recursos naturales. Es decir, tenemos
que construir mayores equilibrios entre productividad y sustentabilidad. Y tenemos que hacerlo rápido. Para eso, es imprescindible la incorporación de tecnologías. Y la realidad indica, nos muestra, que las tecnologías digitales transforman la vida y la forma en que producimos. La agricultura no es ajena ni escapa a esa tendencia. La creciente disponibilidad de tecnologías digitales da la posibilidad de transformar la producción, la distribución y la comercialización de alimentos. Y son además un medio necesario para aumentar la producción y la resiliencia, disminuir impactos ambientales y sobre todo para mejorar las condiciones de vida y trabajo rural. 

¿Que representa para el IICA la relación con el GCF (Fondo Verde para el Clima)?
El Fondo Verde para el Clima y el IICA firmaron un acuerdo para apoyar iniciativas de adaptación y resiliencia climática de la agricultura y la ruralidad en los países de las  Américas. Con la acreditación otorgada al IICA por el Fondo en julio pasado, el Instituto
podrá concursar por recursos para el desarrollo de proyectos con un valor máximo de USD 50
millones por iniciativa. Y para el IICA es clave apoyar los proyectos de mitigación, adaptación y resiliencia climática, ya que el contexto actual de cambio climático aumenta la vulnerabilidad de los sistemas de producción de alimentos e impone grandes desafíos para garantizar la seguridad alimentaria. La relación con el Fondo Verde del Clima significa un cambio estructural en la capacidad del IICA para apoyar y agregar valor a la agenda de resiliencia de nuestros Estados Miembros. 

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